UN AÑO DE LEGISLATURA PRESIDIDO POR LA CRISIS
Esta semana se ha cumplido el primer año de la segunda legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno.
Esta semana se ha cumplido el primer año de la segunda legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno.
Durante meses insistimos en el Congreso sobre la necesidad de que las medidas anticrisis se intensifiquen en las regiones que, como Canarias, más sufren el azote del desempleo, porque su actividad económica se centraba sobre todo en la construcción, sector donde más agudo es el declive.
La seriedad y el rigor no son valores que siempre coticen bien en el corto plazo. Pero a la postre se demuestran siempre como el camino mejor para la gestión de los asuntos públicos. Sobre todo cuando la economía y el dinero andan por medio.
La tan traída y llevada crisis ha vuelto en los últimos días al Congreso de los Diputados. Pero sin anuncios nuevos del Gobierno para estimular de nuevo la creación de riqueza y de empleo.
Desde el pasado mes de septiembre son ya varias las ocasiones en las que los grupos parlamentarios nos hemos reunido en el Congreso de los Diputados, tanto en Pleno como en comisión, para analizar la crisis, sus efectos y sus posibles soluciones.
La próxima semana se reanuda la actividad parlamentaria en las Cortes, tras el tradicional paréntesis de enero. Y no podría empezar con más fuerza: el primer punto del Pleno del Congreso, el martes, consiste en la esperada y demandada comparecencia del presidente del Gobierno para debatir con los portavoces parlamentarios la situación económica y las dramáticas cifras del paro.
Cada día que pasa se hace más evidente la necesidad de alcanzar un gran pacto político y social para salir de la crisis. Algunos lo hemos apuntado en alguna ocasión; pero los grandes partidos no se han puesto a la tarea.
La permanente lluvia de datos negativos sobre el futuro económico se ha visto atemperada esta semana por la toma de posesión de Barak Obama como presidente de EE.UU.
Vivimos momentos especialmente difíciles. Y no sólo porque aumente mucho el paro, como ha ocurrido en otras épocas, cuando el mercado de trabajo no podía integrar a los nuevos demandantes.
A cuentagotas, el Gobierno español sigue desgranando las medidas para hacer frente a una crisis que ha instalado en la incertidumbre a muchas familias y a muchas empresas.