Lo que se promete en Canarias, no se cumple en Madrid. Esa es la máxima que ha imperado en la política que el Partido Popular ha desarrollado desde que llegó hace casi un año al Palacio de la Moncloa. Todos aquellos proyectos que prometieron que impulsarían en las Islas, en el caso de que llegasen al Gobierno, han ido cayendo uno tras otros con el apoyo y la connivencia de los diputados y senadores canarios del PP.

Muchos han sido los episodios que hemos vivido en esta Legislatura de iniciativas redactadas y apoyadas en la pasada Legislatura por el Partido Popular que han sido rechazadas incluso por sus antiguos autores. Son las dos caras de un mismo partido que, hasta ahora, ha demostrado su entrega sumisa y absoluta a los dictados de Génova y del Gobierno que preside Rajoy y su distanciamiento de aquellos que, con su voto, les permitieron que ocuparan su escaño.

El último episodio de esta especie de Dr. Jekyll y Mr. Hyde lo vivimos esta misma semana en la Comisión Mixta para la Unión Europea, en la que el Partido Popular rechazó una iniciativa que, paradójicamente, había sido apoyada por los diputados populares en el Parlamento de Canarias. El PP rompió, de esta manera, la unidad que siempre ha existido en las Islas en la defensa de las prioridades de las Islas ante la Unión Europea.

Dijeron «sí» a la estrategia canaria ante la Unión Europea para el periodo 2014-2020 en un pleno celebrado el pasado mes de febrero en la cámara autonómica, pero dijeron «no» al mismo texto el pasado miércoles para no comprometer al Gobierno de Rajoy y para evitar incordiar a los ministros populares que deben defender en Bruselas las singularidades canarias.

Más allá de este nuevo engaño a los ciudadanos a los que representan, lo más curioso de esta extraña escena fueron las expresiones y calificativos utilizados por el representante designado por el PP para rebatir los argumentos que sus compañeros de Canarias habían defendido con ahínco hace sólo nueve meses.

El senador del PP al que le encomendaron semejante papeleta tachó la iniciativa de «Carta a los Reyes Magos» y de «una chinita en el camino al Gobierno del Estado». Dos desafortunados argumentos para tratar de ocultar una verdad innegable: que los diputados y senadores del PP elegidos por los canarios votan en Madrid lo contrario de lo que prometieron en Canarias.

¿O acaso es una simple Carta a los Reyes Magos exigir al Gobierno del Estado que defienda como le corresponde el mantenimiento de las compensaciones a las desventajas permanentes de la ultraperificidad de Canarias con vistas a impulsar el crecimiento económico, la competitividad y la creación de empleo?

¿Es una chinita para el Gobierno de Rajoy reclamarle que consolide en Bruselas las medidas generales de dinamización de la economía canaria como la renovación de los incentivos económicos y fiscales del REF; la prórroga de las ayudas al transporte de mercancías o que se preserven los sectores más tradicionales, reforzando la dotación financiera del POSEI?

¿Es que el Partido Popular de Canarias ya no considera prioritario que haya una estrategia integrada de apoyo al sector industrial que aborde de manera completa y coherente sus necesidades, costes adicionales y singularidades? ¿Tampoco forma parte de los nuevos objetivos del PP canario exigir a la UE que apoye la I+D+i, las especificidades en materia energética y el cumplimiento del objetivo de inserción regional y la estrategia de Gran Vecindad entre Canarias y los países terceros vecinos?

¿Es una banalidad para los populares isleños exigir al Gobierno del Estado que logre que se mantengan los fondos estructurales asignados a Canarias, las ayudas de Estado y que el Gobierno de España fije una posición conjunta con Francia y Portugal en la defensa de las singularidades de las RUP en la negociación del nuevo marco presupuestario 2014-2020?

¿Es baladí para los representantes canarios del PP en el Congreso y en el Senado que, a la vista de la situación social coyuntural que sufren las RUP como consecuencia de la crisis, con los más altos índices de desempleo de la Unión, se exija al Gobierno que solicite en Bruselas la creación de una dotación adicional específica para las RUP en el Fondo Social Europeo destinada exclusivamente a estas regiones, con el objetivo de poner en marcha planes especiales en materia de formación y empleo».

Los diputados y senadores canarios del PP hacen todo lo contrario de lo que prometieron que harían y en su bucle de «donde dijo digo, digo Diego» han demostrado que están dispuestos a realizar las piruetas dialécticas que sean necesarias para seguir ocupando un escaño, aunque con ello traicionen a quienes, con su voto, les encomendaron una tarea que no están cumplimiento por miedo a seguir los pasos de aquel senador de León que se rebeló contra el Gobierno de Rajoy. Es decir, lealtad incondicional a las siglas y deslealtad a quienes representan. Y esta historia no ha hecho más que empezar.

 

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