En las últimas semanas se ha cerrado prácticamente en las Cortes dos procesos que van a afectar mucho al nivel de los servicios públicos en Canarias durante los próximos años: la financiación autonómica que el Estado aporta a las quince comunidades de régimen común, y los Presupuestos Generales de 2009.

El primero de ellos afecta sobre todos a los grandes servicios públicos: sanidad, educación, justicia y servicios sociales; al nivel de su  prestaciones en los primeros cinco a diez años. El segundo se refiere sobre todo a la inversión del Estado en Canarias, bien directamente o a través de otras administraciones.

Coalición Canaria ha tratado  de estar a la altura de las circunstancias. Y, aunque nunca es posible lograr el cien por cien de los objetivos, creo que hemos alcanzado algunos logros fundamentales y difíciles en estos tiempos de fuerte caída recaudatoria: más del 30% en los dos últimos ejercicios.  En ambos procesos hemos logrado converger con la media nacional de recursos por habitante.

Canarias obtuvo en el 2001 un buen acuerdo de financiación estatal, pero sus buenos dividendos anuales se fueron deteriorando con los años por la negativa del Estado a actualizar los recursos en base a la evolución de la población. Las regiones con alto crecimiento demográfico como Canarias salieron perjudicadas en beneficio de las que estabilizaron o vieron disminuir su población.

En Canarias ha habido que proveer en los últimos años servicios de todo tipo a dos millones de habitantes con la financiación calculada para 1.750.000. El Gobierno autónomo ha aportado recursos de los propios impuestos canarios; pero esa limitación de las transferencias estatales ha reducido las posibilidades de que se pudieran resolver mejor la congestión de los servicios educativos y sanitarios de los últimos años. Ese desfase poblacional ha sido ahora corregido al actualizarse la población.

Durante el trámite parlamentario hemos podido salvar además  la integridad de nuestro histórico Régimen Económico  Fiscal (REF), que se conculcaba abiertamente en los dos proyecto iniciales de las leyes que regulan la financiación autonómica.

Segundo: se ha impedido un recorte severo a la financiación autonómica que corresponde a Canarias. Y tercero: hemos aumentado la capacidad decisoria de los propios canarios sobre dos de nuestros impuestos propios, IGIC y AIEM.

 Tres logros alcanzados a través de las enmiendas de CC pactadas con el PSOE y el Ministerio de Hacienda, para que la financiación ordinaria que reciba en el futuro Canarias no se vea reducida en ningún caso.

 Con un añadido de última hora, casi a escondidas, los  dos proyectos de ley que regulan la financiación autonómica habían pasado a amenazar, no solo el fuero histórico de Canarias, sino el propio sostenimiento de los servicios públicos básicos de los canarios.

De consumarse lo establecido en la Disposición Adicional Segunda de la futura Ley del Sistema de Financiación (que se refiere sólo a Canarias), nuestra Comunidad  hubiera visto recortado el llamado Fondo de Suficiencia del sistema,  que afecta al mantenimiento de la educación, la sanidad y los servicios sociales, sobre todo. Esa Disposición fue introducida en el proyecto después de que éste pasara por la Comisión de Política  Fiscal y Financiera en la que participan todas las comunidades. Y resultaba absolutamente inaceptable. Y más todavía cuando la crisis económica y el paro golpean a Canarias mucho más que en el Continente.

Coalición Canaria presentó las correspondientes enmiendas. Y hemos podido hacer valer el sentido común y la equidad para que no se atente ni contra nuestro fuero histórico ni contra los derechos básicos de los canarios a recibir la misma financiación que el resto.

En estos tiempos de penuria económica, las administraciones canarias se están viendo obligadas a contraer fuertemente su gasto. Y la atención pública se centra en qué pequeña o mediana partida se cae o no de los presupuestos de ayuntamientos, cabildos o Gobierno de Canarias. Pero raramente se atiende a las grandes partidas de transferencia estatal a Canarias  que van a condicionar luego todos y cada uno de los pequeños repartos que luego llegan a los ciudadanos.

 Tras dos años de caídas recaudatorias acumuladas,  las administraciones canarias   ven que sus ingresos propios ordinarios descenderán en más de un 30% respeto a los que tenían en 2007, antes del comienzo de la crisis. Su gasto no caerá tanto el año que viene, por la apelación al máximo endeudamiento, pero no es sostenible mucho más allá.

 Y visto que nadie en Canarias apuesta por una subida de los tipos impositivos que agravara más la situación, era fundamental no retroceder un ápice en la participación canaria en los ingresos del Estado, que se concreta en los dos proyecto de  ley citados. Esa base es absolutamente imprescindible para que se mantenga la solvencia de las instituciones isleñas, para que no se demoren más los pagos a las empresas y no se alimente así la espiral de crisis que tanto daño está haciendo al empleo.

 Me refiero a todo esto porque la opinión pública apenas está prestando atención al recorrido de la financiación autonómica en las Cortes; cuando  va a condicionar tanto nuestras vidas en los próximos cinco o diez años. Son las leyes más técnicas y complicadas, en las que nos jugamos la sostenibilidad de los principales servicios públicos canarios.

Y son las leyes en las que -lo digo con legítimo orgullo – Coalición Canaria ha luchado y ha conseguido garantizar nuestros derechos históricos, tanto en las Cortes como desde el Gobierno de Canarias. De forma que se conserve  el mismo nivel de financiación para el gasto corriente de los servicios públicos que en las regiones peninsulares, a pesar de que -al no aplicarse aquí el IVA, sobre todo- no aportemos al Estado lo mismo que las comunidades de régimen común.

Es esta otra batalla diferente a la que mantenemos para igualar las inversiones reales. Ahora hemos logrado que Canarias no pierda cientos de millones de euros anuales en las transferencias a las autonomías para sostener el gasto corriente de los grandes servicios básicos.  Es un paso adelante para seguir avanzando.

 

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