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Volar desde Fuerteventura a Madrid es hasta un 77 por ciento más caro desde que la compañía Spanair dejó de operar. Las tarifas se han incrementado en algunas rutas entre las Islas y la Península entre un 14% y un 77% desde que la línea aérea de capital catalán cesó sus operaciones a finales del pasado mes de enero. Estas cifras me las facilitó esta semana la ministra de Fomento, Ana Pastor, en una comparecencia que había solicitado para que explicase cómo habían evolucionado las tarifas y las frecuencias desde el abrupto cierre de una de las aerolíneas más importantes que existían en España.Un análisis comparativo de los precios nos dice que, si bien la   evolución de las tarifas es desigual en las rutas, en la mayoría de los casos se sitúa claramente al alza. Por ejemplo, los enlaces entre Gran Canaria-Madrid, Gran Canaria-Bilbao y Tenerife-Madrid tienen precios moderadamente superiores, un 14 por ciento. Por su parte, las rutas Lanzarote-Bilbao, Fuerteventura-Madrid, Tenerife-Barcelona y Lanzarote-Madrid presentan diferencias bastante significativas y existen incrementos que llegan al 77%.

Volar no sólo es más caro sino que, además, existen menos frecuencias y no parece que el resto de las compañías tengan mucho interés en ocupar el espacio que ha dejado Spanair. Aviación Civil ha liberado los 4.500 slots que poseía dicha compañía, pero tan sólo se han asignado 1.435 en los enlaces con las Islas.

Con estas cifras, urge que se reúna cuanto antes la Comisión Mixta Canarias-Estado para evaluar la evolución de los precios aéreos, así como las obligaciones de servicio público por si fuera necesario adoptar alguna decisión para garantizar la conectividad con la Península, que ha quedado muy mermada por el cierre de la mencionada compañía y por los nubarrones que se ciernen sobre un sector muy afectado por la recesión económica.

Han caído de manera preocupante las conexiones que existían con muchas ciudades de la Península, lo que obliga a los usuarios a realizar en la inmensa mayoría de los casos una escala en el aeropuerto de Barajas, mientras que Barcelona es hoy más inaccesible por la notable reducción de frecuencias. Una ciudad a la que cuesta volar hasta 800 euros. Una cifra que convierte en un auténtico lujo volar a la capital catalana y que, a la inversa, supone un precio inaccesible para aquellos que quieran visitar las Islas.

Las administraciones deben tomar cartas en el asunto y, en el caso de que sea necesario, recurrir a las obligaciones de servicio público en algunas rutas en las que ahora mismo sí existe monopolio y a la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia en el caso de que haya habido connivencia en el alza de las tarifas.

El cierre de Spanair fue, como lo ratifican las cifras, una mala noticia para Canarias, pero también para sus trabajadores y para el personal de Newco y para todo el sector de la aviación comercial. Trabajadores que confío sean recolocados por el resto de los operadores aéreos y servicios de handling.

La situación es tanto o más preocupante en el caso de los vuelos interinsulares. Volar entre las Islas, pese al incremento progresivo del descuento para residentes, es cada día más caro y los precios son desorbitados para los turistas, una situación que afecta especialmente a aquellas islas sin conexiones con la Península y otros países europeos. Me refiero a La Gomera y El Hierro.

Pues bien, el Ministerio de Fomento va a tener que recurrir a las obligaciones de servicio público y proceder en las próximas semanas a licitar la explotación en exclusiva de los enlaces en los que ha dejado de operar la compañía Binter Canarias en cuatro aeropuertos. Las rutas que se licitarán serán las siguientes: La Gomera-Tenerife Norte, La Gomera-Gran Canaria, El Hierro-Gran Canaria y Gran Canaria-Tenerife Sur. Este contrato tendrá una duración, de entrada, de dos años y contará con un presupuesto de 3,1 millones de euros anuales.

En caso contrario, el aeropuerto de La Gomera se hubiese visto obligado a cerrar sus puertas a partir de abril y la isla de El Hierro hubiese perdido sus conexiones con Gran Canaria, lo que habría supuesto un duro mazazo para una economía en estado crítico por las secuelas de la crisis sísmico-volcánica.

Cuando termino de escribir este artículo, se confirma que el Gobierno de del Estado ha reducido en 65 millones de euros las subvenciones al transporte para residentes no peninsulares. ¿Qué va a suceder a partir de ahora? ¿Se va a recortar la subvención?

Volar se está convirtiendo en un lujo en una Comunidad Autónoma en la que viajar entre las Islas y a la Península es una necesidad.

 

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