La unanimidad expresada por el Parlamento de Canarias con respecto a la reforma de los aspectos fiscales del Régimen Económico y Fiscal de Canarias (REF) debe ser la antesala del consenso que será necesario para acometer el debate que se abrirá para modificar la pata más importante –la económica- de la norma que nació para dotar a las Islas de los instrumentos necesarios para competir en igualdad de condiciones que en el territorio continental.

Tras su aprobación por parte del Consejo de Ministros y el informe favorable de la Cámara autonómica, la reforma fiscal del REF se traslada al Congreso y el Senado, donde previsiblemente será ratificada por todos los grupos, con la excepción quizá de aquellos que en la deriva de su discurso siguen apostando por la aplicación en Canarias de las mismas políticas que en la Península.

El nuevo bloque del REF, que permitirá obtener beneficios fiscales para crear empleo, que incorpora una nueva deducción por inversiones en África Occidental o que consolida los incentivos a la innovación y a las producciones cinematográficas, es un éxito de todos, sin excepción, como explicó el consejero de Economía, Javier González Ortiz, dado que entreabre la puerta que fomentará la creación de puestos de trabajo y mejorará la competitividad de la economía canaria.

Tras dos años de negociaciones, en los que ha sido necesario aunar un mismo criterio a tres bandas, en intensos debates en los que ha participado la Comisión Europea, el Gobierno de Canarias y el Gobierno del Estado, se ha dado un paso importante para cerrar un acuerdo imprescindible para incorporar al REF aquellos instrumentos que contribuirán a abrir nuevas vías de oxígeno para una economía asfixiada por la crisis pero, sobre todo, por los desaciertos de quienes, en estos tres últimos años, han restado oportunidades a los sectores productivos canarios.

Ha sido un proceso que muchos han definido como “histórico para Canarias”, quizá porque nos hemos acostumbrado a que los consensos sean la excepción en la vida política, pero que es insuficiente si al REF, además de las ayudas fiscales, no se le dota de medidas en aquella parte que, hasta ahora, ha sido la que menos se ha desarrollado y que, paradójicamente, contiene todas las claves para garantizar la igualdad con el resto del territorio no solo en materia económica sino en cuestiones que nos afectan a nuestra vida cotidiana, como el descuento de viaje por residente, la subvención de la desalación de agua, la compensación del sobrecoste de la energía, las ayudas para abaratar el sobrecoste del transporte de las mercancías o las bonificaciones al transporte en guagua

Sin embargo, para que ello sea así, para que en Canarias se remate la estructura legal que, en su momento, se forjó con visión política para que contásemos con las mismas opciones que el resto de los españoles, se necesita voluntad y, sobre todo, que los aspectos económicos que se plasmen en la segunda parte de la reforma del REF se cumplan por parte del Estado. O, al menos, que si queremos seguir construyendo juntos un proyecto de Estado, como reclamó el rey Felipe VI en su mensaje navideño, se respeten las singularidades

De nada sirve, por ejemplo, que varios artículos del REF obliguen al Estado a realizar una inversión anual en las Islas equivalente, como mínimo, a la media del resto de los territorios, si posteriormente se incumple, año tras años, en los Presupuestos que aprueba el Gobierno en las Cortes Generales.

A menudo, especialmente aquellos que ahora presumen de haber logrado un acuerdo en la parte fiscal, nos acusan de ser egoístas, de anteponer siempre los intereses de Canarias en detrimento de otras Comunidades Autónomas. Nunca ha sido así, nunca hemos pedido más de lo que nos corresponde, pero sí seguiremos reivindicado aquello que nos pertenece por nuestro estatus especial como archipiélago alejado del continente.

La arquitectura que debe proteger a quienes somos diferentes se resquebraja cada vez que se obvian derechos que son irrenunciables. Nosotros, pese a que algunos nos sigan tachando de victimistas, seguiremos luchando para que el Estado no se olvide en sus decisiones que, por encima de sus intereses partidistas, existen realidades geográficas que no se pueden ningunear en nombre de ajustes que, como comentaba la semana pasada, son muchas veces decisiones políticas.

Los verdaderos viajes empiezan cuando se acaban los caminos. El récord turístico que se registrará en 2014 ha contribuido a aliviar la crisis que se vive en las Islas, pero no es suficiente. La crisis ha puesto en evidencia que los caminos por los que debe transitar la economía canaria son otros. Y muchas de esas vías, algunas inexploradas, se encuentran precisamente en la parte más compleja, pero más necesaria, de un REF que se quedará cojo si no logramos concretar en la parte económica el mismo consenso sellado en los aspectos fiscales.

 

 

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