El mismo día que el Congreso aprobaba el mayor recorte de la historia, con el único apoyo del Partido Popular, Canarias sufría en la misma Cámara un duro revés por la decisión del mismo partido de dar la espalda a las Islas en el debate de una iniciativa con la que pretendíamos que el Ministerio de Fomento contribuyese a reactivar la convaleciente economía canaria y devolver la esperanza a muchas personas sin empleo.

Los ocho diputados canarios del PP acataron el voto impuesto por su partido y por el Gobierno y sumaron sus apoyos al rechazo de una moción firmada por Coalición Canaria-Nueva Canarias en la que proponíamos una hoja de ruta de doce puntos para que el departamento que dirige Ana Pastor inyectase las inversiones y las acciones necesarias a través de las dos infraestructuras que son claves para nuestro desarrollo: los puertos y aeropuertos.

El PP se opuso a diez de los doce puntos y tan sólo dio luz verde a dos propuestas que no suponen ningún compromiso económico para el Ejecutivo.

Lamentablemente, el pasado jueves se esfumaron las exiguas esperanzas que la propia ministra de Fomento me había transmitido una semana antes en el debate de una interpelación y al propio presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, en la reunión que celebraron ambos en Madrid.

Muchas son las preguntas que nos planteamos las canarias y los canarios con respecto a la nula sensibilidad y la sinrazón del Partido Popular con respecto a una Comunidad Autónoma cuya economía está condenada al ostracismo si no se aportan soluciones de crecimiento a través de sus dos vías de entrada y salida.

¿Por qué los diputados canarios del PP se sumaron al rechazo de una moción que era clave para nuestro futuro? ¿Por qué aportaron sus votos en contra a sabiendas de que lo que proponíamos hubiese supuesto un revulsivo para una economía sedienta de incentivos? ¿Por qué dijeron no a las mismas propuestas que prometieron a los canarios hace tan sólo ocho meses?

A ellos y a ellas les corresponde ahora explicar a los lanzaroteños, majoreros, grancanarios, tinerfeños, gomeros, herreños, palmeros y gracioseros por qué no antepusieron los intereses del territorio al que representan a las imposiciones de un partido que cada vez está más solo y aislado en una Cámara que ha sido testigo, semana tras semana, del desmantelamiento del programa que les permitió llegar a la Moncloa con una mayoría absoluta aplastante.

Los mismos diputados del PP de Canarias que hace menos de un año nos aseguraron que su llegada a la Presidencia supondría un impulso de la economía canaria dijeron no el pasado jueves a que el Gobierno garantice la incorporación del sistema portuario y aeroportuario de Canarias a la Red Transeuropea de Transportes. Una red que nos permitiría impulsar nuestra aspiración de ser una plataforma de comunicaciones con otros continentes.

Los populares se opusieron a que el Gobierno reconsiderase el recorte a la subvención del transporte de mercancías. Un recorte que se traducirá en un aumento de los precios de la cesta de la compra y condena a las empresas  industriales y agrarias canarias a competir en clara desventaja en el continente.

¿Por qué los diputados canarios del PP se opusieron a que Fomento financie con fondos europeos las inversiones en los puertos canarios? ¿Por qué rechazaron que en la próxima modificación del Real Decreto que regula las Obligaciones de Servicio Público del transporte marítimo entre Canarias y Cádiz se incluyan los puertos de las islas de Lanzarote, Fuerteventura y La Palma?.

¿Por qué impidió que prosperase la implantación de la “quinta libertad” en los aeropuertos canarios si fue una promesa electoral en la pasada campaña y un compromiso del propio Mariano Rajoy? ¿Ha cedido el Gobierno a las presiones de otros aeropuertos que aspiran, al igual que Canarias, a ser un nodo de comunicaciones aéreas entre continentes de pasajeros y mercancías?

¿Por qué tumbaron con su voto la necesaria firma de un nuevo acuerdo entre la Comunidad Autónoma y el Ministerio de Fomento en materia de carreteras con una ficha económica que permita la prefinanciación de las obras? Su oposición en este punto pone en jaque el futuro de la carretera de La Aldea y amenaza con paralizar obras ya iniciadas como la circunvalación de Arrecife, el Eje Norte-Sur de Fuerteventura o el anillo insular de Tenerife.

¿Por qué se negaron a aceptar que se prioricen las inversiones y los planes directores de los aeropuertos canarios y a que el Gobierno introduzca en los Presupuestos de 2013 la bonificación de las antiguas tasas aeroportuaria de seguridad, pasajeros y aterrizaje a aquellas compañías que abran nuevas rutas con nuevos mercados emisores de turistas con destino a Canarias?

Curiosamente, el mismo mes –noviembre- en el que Ryanair cancelará 21 rutas con las Islas, que supondrán la pérdida de un millón de pasajeros anuales, entrará en vigor en Baleares una bonificación del 10% en las tasas aéreas en todas las operaciones con Baleares.

¿Por qué dijeron no a la eliminación del tacógrafo? Y por qué rechazaron un asunto que me duele especialmente: la firma de un convenio plurianual para la reposición de las viviendas de Las Chumberas.

El Congreso fue el jueves el escenario de una derrota que nos condena a sufrir más esta agonía sin fin. La desesperanza y la incertidumbre seguirán conviviendo con nosotros hasta que el Gobierno entienda que, pese a la crisis, no puede olvidarse que los problemas de Canarias son estructurales y que si desatiende sus obligaciones con las Islas nos veremos abocados a una crisis que, en nuestro caso, es mucho más dura por nuestra insularidad y lejanía. Nosotros, tanto mi compañero Pedro Quevedo como yo, seguiremos trabajando para conseguir lo que justamente nos corresponde.

 

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