Yo no me resigno a que Canarias vaya hacia atrás, a perder derechos y prestaciones sociales. A que nos ignoren.
Habrá muchos ciudadanos que querrán castigar al Gobierno, como está ocurriendo en toda Europa, pero el voto no debe ser de castigo, sino de lucha, de rebelión.
Anoche me reuní en La Laguna con representantes de organizaciones no gubernamentales, con las que siempre he tenido una estrecha relación de colaboración, desde mis tiempos de alcaldesa de esta ciudad.
Por eso, les pude decir: “Ustedes me conocen, hemos trabajado juntos a favor de los más desfavorecidos, resolviendo tantos problemas. Ahora, en esta situación de crisis, tenemos que luchar para evitar que haya recortes sociales, y que no afecten a los más débiles de la sociedad”.
Para ello, es totalmente necesario que haya una representación amplia y fuerte de los nacionalistas en el Congreso y en el Senado. Porque si nosotros no defendemos lo nuestro, ¿quién lo va a hacer?
A las pruebas me remito: los dos diputados nacionalistas hemos, sido en los últimos cuatro años los únicos que hemos podido estar todas las semanas hablando de Canarias en las Cortes: proponiendo, preguntando, presionando. Sin CC no se hablaría de Canarias en Madrid.
Ésta es una campaña muy difícil. Algunos creen que la alternativa es Rubalcaba o Rajoy, pero está claro que va a ganar Rajoy. A nosotros, los canarios, nos da igual que tenga 180 ó 200 diputados. Lo que nosotros decidimos y nos jugamos es quiénes nos defenderán en Madrid los próximos cuatro años. Y somos nosotros, teniendo en cuenta cómo funcionan los partidos estatales, los únicos que podremos presentar iniciativas y preguntas al presidente sobre las Islas.
Son necesarias, más que nunca, las inversiones en Canarias para que haya trabajo. Los planes de empleo conseguidos por CC en los últimos años han permitido que Canarias sea la única comunidad que está creando empleo. En las Islas, con un 30 por ciento de paro, no podemos dar un paso atrás.
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