La diputada de Coalición Canaria (CC), Ana Oramas, señaló hoy –en el pleno del Congreso- que el acuerdo de pesca con Portugal para el ejercicio de la actividad de la flota pesquera artesanal en Madeira “supone una válvula de escape para la flota atunera afectada por la suspensión del convenio con Marruecos. Es su única salida para evitar el desguace de la flota y la suspensión de una actividad muy dañada por los reveses que ha vivido en el último año y que, incluso, ha sembrado muchas dudas sobre su continuidad”.
Oramas destacó que “tras la suspensión del acuerdo bilateral con Marruecos y el fiasco que ha supuesto para España y para Canarias el convenio con Mauritania, la apertura de los caladeros de Madeira suponen la única noticia esperanzadora en un año muy duro para el sector pesquero canario por los fracasos en las negociaciones con los países africanos”.
Este acuerdo permitirá faenar en Madeira hasta 38 atuneros canarios. Una cifra superior a la que existía en el caso de Marruecos, que permitía la presencia de 20 atuneros, que sumaban una tripulación media de 10 trabajadores por embarcación.
Es decir, “el convenio con Madeira podría beneficiar, teniendo en cuenta estas cifras, a 380 trabajadores directos aproximadamente. Y, además, teniendo en cuenta los estudios de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), en los que se apunta que cada puesto de trabajo directo en el sector de la pesca genera aproximadamente 5 puestos de trabajos indirectos en tierra, principalmente en empresas de transformación y comercialización, además de en empresas auxiliares de reparación, avituallamiento, industria naval, etcétera, estaríamos hablando en este caso de casi 1.900 empleos indirectos”, según dijo Oramas.
Su vigencia será tan sólo de un año, “por lo que esperamos que ya se hayan abierto las negociaciones con Portugal para garantizar su continuidad, además de la necesidad de que se rescate en un futuro acuerdo la inclusión de Azores, que desaparece en el nuevo convenio”.
Oramas apuntó, por otra parte, que “las tres regiones ultraperiféricas, las más castigadas en ambos países por la crisis económica, con una tasa de paro muy superior al territorio continental, cuentan con muchas fortalezas por su situación geográfica, pero una de las más importantes es la necesidad de que se refuerce por parte de ambos Estados todas aquellas políticas que permitan dinamizar la economía de las tres regiones a través de proyectos de cooperación. En este caso, los veinte atuneros que dejaron de faenar en aguas marroquíes encontrarán una salida en Madeira y no me cabe la menor duda de que existen otros sectores en los que ambos archipiélagos podrían beneficiarse a través de convenios de estas características”.
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