El martes pasado se celebró el Día Internacional del Museo. Por casualidad o no, el destino quiso que mientras todos los museos del mundo, incluidos lógicamente los canarios, festejaban una jornada de puertas abiertas, el Congreso de los Diputados abría otra puerta para que entrara una vieja reivindicación de la sociedad canaria y de su prestigioso Museo Arqueológico de Tenerife.

 Presentamos en la Comisión de Cultura una proposición que era consecuencia de un incumplimiento, de una cuestión atascada ya no desde hace años, sino incluso desde hace siglos. La demanda de devolución de la momia guanche que está expuesta en el Museo Nacional de Antropología al lugar que le corresponde, el Museo Arqueológico de Tenerife.

 Hablaba de incumplimiento porque ya en junio de 2006 el Senado aprobaba una moción de Ricardo Melchior que decía: “La Comisión de Cultura del Senado insta al Gobierno a la adopción de las medidas necesarias para que la devolución de la momia guanche al Museo Arqueológico de Tenerife sea un hecho”.

 Han pasado cuatro años y el Gobierno no ha cumplido el mandato parlamentario, que se hizo eco de una reiterada reivindicación que tiene una primera fecha destacada en 1976, cuando el Pleno del Cabildo de Tenerife acordó unánimemente pedir al Gobierno la devolución de la momia.

 Se trata de un patrimonio arqueológico consustancial a la historia de Canarias. Fue trasladada a Madrid como regalo a Carlos III en el siglo XVIII y actualmente se exhibe en el Museo Nacional de Antropología en un lugar que, según los técnicos, ni es el más adecuado ni tampoco reúne las mejores condiciones ambientales para su conservación.

La momia guanche está situada fuera de contexto  en la sala de Antropología Física y, como si estuviera en la cámara de los horrores, comparte espacio con cráneos deformados procedentes de distintos lugares del mundo, con el esqueleto de un gigante extremeño, mascarillas mortuorias o bien osamentas de distintos animales, sobre todo simios… 

La restitución de la momia guanche es una vieja demanda de las autoridades científicas y políticas y de la sociedad canaria. El Museo Arqueológico de Tenerife es el lugar que le corresponde, el espacio al que pertenece y es pieza esencial para completar su colección. Según los técnicos, reúne mejores condiciones de tratamiento para su conservación y exposición, con un módulo dedicado íntegra y exclusivamente a las momias, con los requisitos ambientales y de seguridad necesarios.

El Museo Arqueológico pertenece al Museo de la Naturaleza y el Hombre, organismo del Cabildo de Tenerife. Su módulo de momias está considerado por entidades como la Fundación Getty y el propio Ministerio de Cultura uno de los mejores del mundo por la calidad de su colección y por  sus sistemas de conservación y exhibición.

La ministra de Cultura adujo en octubre del año pasado que la momia “es frágil, y cualquier minúscula alteración puede llegar a producirle un daño irreparable”. Y añadió: “No se puede asumir ni el más mínimo riesgo y cualquier traslado conlleva un riesgo elevado”.

Sin embargo, precedentes de situaciones similares desmienten los temores de la señora ministra. Los especialistas nos han dado muchos ejemplos, pero he aquí dos: en septiembre de 2003, fueron restituidas desde la ciudad argentina de Necoechea hasta Tenerife dos momias guanches. El viaje fue tan cómodo como esto: ocho horas por carretera desde Necoechea hasta Buenos Aires. De allí, en avión a Madrid, y otro salto más hasta Tenerife. Hoy, estos ejemplares se exhiben en las mejores condiciones en el Museo Arqueológico, sin haber sufrido ningún daño.

Otro ejemplo: en 1992, con motivo de la Exposición Internacional de Momias se trasladaron a Canarias momias de varios lugares del mundo, como Perú, Estados Unidos o Chile.

Y es que actualmente existen técnicas de conservación y transporte de material bioantropológico (es decir, de restos humanos con valor patrimonial) que han dejado los riesgos absolutamente minimizados.

Igual que hace cuatro años en el Senado, ahora en el Congreso el PSOE volvió a ser el único que se opuso. Le tocó el papelón de buscar argumentos para negar lo obvio a un diputado de Las Palmas, Angel Torres, que se basó en los supuestos peligros del traslado, obviando los informes de los técnicos y la contundencia de los precedentes.

Parece mentira que un diputado canario descalifique a especialistas de la talla de Conrado Rodríguez, director del Instituto Canario de Bioantropología y del Museo Arqueológico de Tenerife, uno de los más reconocidos del mundo. O que desmienta a la Fundación Getty. Mientras que las momias egipcias, peruanas, chilenas, etc, pueden viajar y exhibirse en todo el mundo, ahora va a resultar que la nuestra es el Guernica de las momias, que no se puede mover.

Se tardaron décadas hasta que los Papeles de Salamanca fueron devueltos a Cataluña. Nosotros seguiremos insistiendo, año tras año para que el Gobierno cumpla el deseo de los canarios y el mandato de las Cortes.

 

Leave a reply