Cuando se copia y se copia mal pasan cosas más que curiosas: estrambóticas. ¿Alguien podría creer que el Partido Popular le está haciendo la campaña al PSOE en Tenerife? A lo mejor no lo sabe, pero se la está haciendo. Cada día, cada hora, en las cuñas de radio.
El PP ha compartido el gobierno con Coalición Canaria en el Cabildo de Tenerife en los últimos 24 años. A veces con un solo voto, a veces con solo cinco. Siempre en pequeño, porque nunca ha tenido base social ni gran atractivo entre los tinerfeños en las elecciones autonómicas o locales.
¿Qué pensarían si oyen una voz en la radio o en la TV a favor de una “nueva mayoría política” en el Cabildo de Tenerife? Lógicamente, que es de alguien que defiende la desgastada bandera de un PSOE en horas bajas. Lo parece, pero no. Es el Partido Popular. Es el PP engañándose a sí mismo y creyendo que puede dar gato por liebre a todos.
Porque ahora, después de 24 primaveras, cuatro años después de ser el vicepresidente del Cabildo, el conservador Antonio Alarcó viene a decir cada hora en las cuñas de radio: “El Cabildo necesita con urgencia una nueva mayoría”. O lo que es lo mismo: es preciso un vuelco, es preciso que vuelvan los que no están, los socialistas. Precisamente ahora que se les han agotado todas las ideas. Lo mismo repite Cristina Tavío en el Ayuntamiento de Santa Cruz, donde también gobiernan. Extraordinario gazapo. Extraordinario favor al PSOE.
Esa consigna estatal de la “nueva mayoría”, dirigida a tumbar a Zapatero, la copian mimética y mecánicamente aquí, a falta de mejores propuestas o mensajes originales. Y dan la medida de los errores que podemos esperar en el futuro si el PP llegara a trasladar a las islas sus remedios continentales. Aquí no nos sirven los manuales peninsulares; pero los repiten con esmero porque no son capaces siquiera de crear su propio programa de comunicación.
Por si todo fuera poco confuso, José Manuel Soria anunció primero que, si llega a ganar, llamará al PSOE para gobernar en Canarias. Como eso casa muy mal con la demonización permanente que el PP hace de los socialistas, luego ha matizado y dicho que querría contar en su hipotético gobierno con personalidades de los otros partidos. O lo que es lo mismo, un “gobierno de concentración”.
Va a resultar que lo que se añora no es una “nueva mayoría” sino una “mayoría única”, donde la oposición no existe porque la democracia se va de viaje por unos cuantos años.
Lo decía hace una semana: el PP canario quiere estar a un tiempo “con y contra” el PSOE, según el baile que se les ocurra tocar. Y esa aspiración de su nervioso afán de poder, aparte de no creérsela nadie, arruina cada día que pasa su credibilidad.
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