El Partido Popular ha estado este fin de semana de visita en Canarias. Es habitual que cuando el calendario anuncia que se acercan fechas electorales, los dirigentes nacionales del PP se acuerden de que aquí, a unos dos mil kilómetros de distancia de Madrid, existen unas islas que pueden aportarle unos cuantos diputados y senadores.

Por eso, no extraña que hayan elegido Las Palmas para reunir este fin de semana a su plana mayor en lo que han llamado Foro de Empleo. Al PP le encanta pasear el fantasma del paro porque sabe que es la pata más débil de ese mueble deshecho que es hoy el PSOE nacional.

Le gusta tanto hablar del paro que, embriagados de la euforia que les producen las encuestas, no tienen problemas ni pudor en aventurar la creación de tres millones y medio de puestos de trabajo durante los cuatro años que con casi toda seguridad van a gobernar España.

El PP ha hecho unos cálculos y no le ha salido cifras como 2.830.000, o 3.125.000. No, tuvo la suerte de salirle exactamente la bonita y redonda cantidad de tres millones y medio. Ah, y un millón exacto de nuevos empresarios.

Imagino que su exitosa campaña de creación de empleo express empezará por alguna de sus comunidades más queridas, como Murcia o la Comunidad Valenciana, en los que gobiernan hace tiempo con mayoría absoluta, y sin embargo han visto cómo se ha triplicado el paro desde que comenzó la crisis, a finales de 2007. En otras, como Madrid y Galicia, se ha duplicado el desempleo en ese tiempo.

O sea, que un Foro de Empleo, con todos sus focos, su música y su euforia, celebrado en un “marco incomparable”, aguanta todo tipo de discursos y de promesas. Pero cuando se apagan las luces, quedan sólo los datos de la realidad: en las comunidades que gobierna el PP el déficit supera los límites y se destruye empleo. Ahí parece que, en su momento, no se hicieron bien los cálculos.