Reportaje publicado el último día de la legislatura en «elpais.com», que reunió en Casa Manolo, junto al Congreso, a los portavoces parlamentarios. La fotografía es de Uly Martín

El último café de los portavoces parlamentarios

En un receso del último pleno del Congreso de la legislatura, EL PAÍS ha reunido esta mañana en Casa Manolo, el emblemático bar donde se reúnen los diputados, a todos los portavoces parlamentarios. Allí, entre cafés y una charla distendida, aunque breve por la inminencia de las votaciones, se han tomado la fotografía que acompaña estas líneas. Mientras posaban, era evidente la buena relación que tienen fuera del hemiciclo. Al llegar Joan Ridao, portavoz de Esquerra Republicana de Catalunya, se abrazaba a la portavoz popular, Soraya Sáenz de Santamaría, mientras le pedía tomarse un café juntos, que ella ha aceptado encantada.

Durante la espera en el histórico restaurante, conocido por los pinchos de tortilla y las croquetas, la portavoz de Coalición Canaria, Ana Oramas, ha estado comentando su último descubrimiento culinario a los portavoces de UPyD, Rosa Díez, de IU, Gaspar Llamazares, y del BNG, Francisco Jorquera: un restaurante mexicano en la plaza del Alamillo.

Mientras posaban, era evidente la buena relación que los portavoces tienen fuera del hemiciclo

Nada más sacar el fotógrafo la cámara, y como Llamazares se ha colocado una pegatina con el lema Referéndum, Jorquera ha bromeado: «No desaprovechas una ocasión, Gaspar». Mientras buscaban su lugar en el retrato, la portavoz popular comentaba sobre su embarazo con el portavoz del PNV, Josu Erkoreka, que estaba a su lado, y le ha explicado que espera un niño: «Lo llevo muy bien», ha agregado, pese a que apenas le quedan unos meses pues sale de cuentas el próximo 20 de noviembre, día de la convocatoria electoral. «Pero yo me quedé embarazada antes», ha dejado claro.

Las instrucciones del fotógrafo también han provocado las bromas. Sobre todo cuando ha pedido a Llamazares que se colocara «un pelín a la derecha». La petición la han celebrado todos entre risas.

Por la camaradería del momento, no se notaban las rivalidades políticas, aunque antes de la llegada del portavoz socialista José Antonio Alonso, varios diputados se despachaban criticando la gestión «errática» del Gobierno al cierre de la legislatura. Al final, la reunión terminó precipitadamente por la apretada agenda de Josep Antoni Durán Lleida, que debía reunirse con un embajador. «Lo siento», se disculpó.

Mientras los líderes rompían filas y volvían al Congreso -cuyo presidente José Bono, como despedida, les ha regalado magdalenas de Noblejas (Toledo)- los directores de comunicación de todos los grupos parlamentarios ocuparon su lugar y, también entre risas, fueron retratados. Era el último café de la legislatura. Pero los portavoces fueron tan austeros que la factura, pagada por este diario, ascendió únicamente a 4,50 euros. Y en ella no figuraba el plato estrella de Casa Manolo: las croquetas.

Texto:  S. Alcaide / G. Rodríguez-Pina

 

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