Un año después de su toma de posesión como presidente del Gobierno, todas las promesas que Mariano Rajoy asumió con Canarias en el debate de investidura se han difuminado o han sido amputadas por los tijeretazos indiscriminados que han aplicado todos los Ministerios.  Esta semana pedí a Rajoy que justificase el incumplimiento de sus compromisos, pero lejos de reconocer que había fallado a la sociedad canaria optó por ocultar parte de la realidad y maquillar las supuestas medidas que su Ejecutivo está adoptando para mitigar los efectos de la crisis en el territorio más castigado por la recesión económica.

Resulta inquietante que Rajoy nos venda como un éxito de su gestión que haya tenido la generosidad de mantener las bonificaciones al transporte aéreo y marítimo para los residentes canarios o que haya cumplido su responsabilidad de financiar las obligaciones de servicio público en aquellas rutas aéreas que se han quedado desiertas.

Aunque más preocupante es que nos haya mentido en el Congreso al asegurarme en su respuesta que “ha mantenido las bonificaciones de las tasas aeroportuarias todo el año” o que “ha mejorado el POSEI” para la agricultura canaria. O que haya dicho que el ajuste que ha aprobado en los planes de infraestructuras en Canarias haya sido inferior al que ha ejecutado en otras Comunidades Autónomas. ¿Acaso cree Rajoy y aquellos diputados del Partido Popular que aplaudieron su intervención que los canarios somos tontos?

Siete fueron las promesas que Rajoy adquirió con Canarias en el debate de investidura. Han pasado doce meses y no ha cumplido ni una sola.  Al contrario. Algunas han sido arrasadas por el tsunami de los recortes del Gobierno, otras han sido amputadas y otras han ido en sentido inverso al que nos prometió hace sólo doce meses.

Rajoy nos garantizó entonces que su compromiso con el Régimen Económico y Fiscal de Canarias sería “total, pleno y absoluto” y que no sólo lo cumpliría sino que lo mejoraría. Lejos de formalizar su promesa con la piedra angular del sistema económico y fiscal y canario, su Gobierno ha abierto aún más la brecha que existe entre la inversión en Canarias y la media del Estado.

Nos dijo que mantendría la misma política en la rehabilitación de los espacios turísticos. Sin embargo, eliminó de un plumazo este proyecto sin explicaciones ni una justificación sensata al sector del que depende la economía canaria.

Nos aseguró que el POSEI era muy importante y que su compromiso con la agricultura canaria era muy claro. En cambio, su Gobierno ha hecho todo lo opuesto y las ayudas al sector más sensible de nuestra economía son más que insuficientes tras la extinción de la partida de 23 millones de euros.

Dijo que estaba de acuerdo con la prórroga de las tasas aéreas y nos anticipó que su política en esta materia sería diferente en los aeropuertos canarios. Tan sólo unos días después, su Gobierno decidió no prorrogar la bonificación de las tasas que habían permitido que Canarias cerrase 2011 con récord de pasajeros. Y tampoco cumplió su palabra de dispensar a los aeropuertos canarios un trato especial en materia de tasas. Sí lo hizo, en cambio, con otros territorios, pero no con Canarias.

Nos avanzó entonces que iba a plantear la quinta libertad para los aeropuertos canarios. Doce meses después, no tenemos noticias de una medida que sería clave para el impulso de los aeropuertos canarios y nuestra aspiración de ser un nodo de comunicaciones entre continentes.

Nos hizo creer que subvencionaría el transporte del plátano para competir en igualdad con el banano. Y lo que ha hecho es bajar el 50% de la subvención del transporte de las mercancías, que afecta a los productos agrarios e industriales, mermando con ello su competitividad en el mercado.

Dijo que llevaría adelante un plan de infraestructuras, un plan de costas, un plan de carreteras y un plan de empleo. Planes de los que apenas quedan rastro.

Trató de calmar nuestras inquietudes asegurándonos –y cito textualmente- “que trataría de manera desigual a los que son desiguales”. Lamentablemente, no ha sido así porque ha faltado a su palabra en todas sus promesas con Canarias. Sus políticas nos están alejando mucho más de la Península y nos abocan a una sangría social y económica.

Y, teniendo en cuenta su respuesta, dudo que nos dé a corto y medio plazo las herramientas que necesitamos para estar en igualdad de condiciones que el resto de los españoles para luchar contra la crisis. No obstante, espero equivocarme y que el presidente cumpla las promesas que hizo hace sólo un año y de las que apenas quedan huellas.

 

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