La portavoz de CC-NC en el Congreso muestra preocupación por la posición en la que queda Canarias tras los recortes en los presupuestos del Estado. Asegura que el trato a Canarias por parte del Gobierno de Rajoy es «humillante». Sobre el congreso de CC, mantiene su rechazo a que una misma persona asuma el liderazgo del partido y la presidencia del gobierno.
JOAQUÍN ANASTASIO MADRID (LA PROVINCIA)
– ¿Cuál es su percepción sobre la situación del país?
– Yo creo que es la más difícil que nunca ha tenido este país porque, a diferencia de otros países europeos que también están atravesando la crisis y donde hay una exigencia general de política de ajustes, nosotros tenemos un problema que no tienen otros países que es el paro. Además con un agravamiento de los últimos meses y malas perspectivas a lo largo del próximo año, con una especie de bucle imposible de romper.
– ¿No se puede hacer nada? Parece un mensaje letal…
– Puede ser que en los próximos meses puede haber disposición a implantar por parte de la CE el discurso de la importancia de propiciar políticas de crecimiento económico para poder luchar contra la crisis y sobre todo contra el paro. Todos estamos a la expectativa de esa reunión de líderes del día 23 que ha convocado el presidente del Consejo Europeo, Van Rompuy, para empezar a hablar de las políticas de crecimiento en la zona euro. Incluso en EE UU, el propio presidente Obama ha mandado mensajes sobre la necesidad de que Europa cambie las políticas y inicie el crecimiento.
– El Gobierno de Rajoy parece no estar dispuesto a emprender esa senda, ¿no?
– La política actual del gobierno no es la del crecimiento, sino la del ajuste. Otra cosa es que al gobierno español, incluso al PP, le venga bien el cambio de discurso y ese criterio que ha avanzado el próximo presidente francés, señor Hollande, de que hay que cambiar determinados criterios, fundamentalmente promocionados por la presidenta alemana, de un estricto control del ajuste presupuestario en un plazo determinado. Aquí nadie discute que hay que hacer ajustes, que hay que reducir gastos y duplicidades. Lo que se está discutiendo es el plazo para realizar esos ajustes que agrava la situación de recesión económica. Rajoy hasta ahora no ha sido explícito porque su principal objetivo era convencer a la señora Merkel de que seguía la senda de una UE conservadora y obsesionada con el tema del déficit. Yo creo que él se ha plegado al discurso de Merkel, pero que ve con alivio el camino de una flexibilización en los plazos en que hay que cumplir el ajuste.
– ¿Cree que Rajoy tiene un plan claro sobre cómo salir de este bucle, más allá de seguir las órdenes de Merkel y Bruselas?
– Yo creo que Rajoy, que tanto acusó al anterior gobierno de improvisación, ha dado en los últimos meses una impresión de improvisación al grado máximo. Anunciando una semana que no iba a subir los impuestos y subiéndolos la semana siguiente. Anunciando en un debate del Estado de la Nación una serie de compromisos con Canarias y presentando los Presupuestos del Estado a la semana siguiente no cumpliendo los compromisos con Canarias, por ejemplo. Pero, sobre todo, anunciando unas políticas en el sector financiero y desdiciéndose a la semana siguiente. No hay un discurso único por parte del gobierno de Rajoy. Eso no crea tranquilidad ni seguridad y eso es necesario que se aclare. Toda esa política de vaivenes, esos viernes de dolores, que se convierten en semanas de pasión, está haciendo que los ciudadanos estén muy desconcertados.
– ¿Cree que los ciudadanos admiten aún esa permanente apelación a la herencia socialista?
– Ese tiempo se está acabando. A partir de septiembre, o ponen otra excusa hacia las medidas que están empezando a tomar o los ciudadanos ya no les van a creer. Pero hay que decir que el PP conocía perfectamente la situación del déficit público porque el del Estado ha sido igual, y sabía que el que descontrolaba las cuentas públicas ha sido el déficit de algunas comunidades autónomas, que conocía porque muchas las gobernaban ellos. Todo se conocía ocho meses antes de que Rajoy fuera elegido presidente. O sea, que Rajoy miente cuando dice que no conocía la desviación del déficit porque esa desviación estaba en manos fundamentalmente del PP.
– ¿Cuál es la incidencia real de los recortes a Canarias en los presupuestos estatales?
– El tratamiento que este Gobierno de Rajoy está dando a Canarias es humillante e injusto y va a tener consecuencias muy graves. Canarias recibe 134 euros por habitante en inversión directa. La media nacional del resto de comunidades autónomas es de 265 euros. Y en territorios como Galicia o Castilla León, la inversión es de 600 euros por habitante. Eso ya deja claro que el PP no trata igual a todas las comunidades autónomas. Nosotros entenderíamos un recorte de las inversiones de Canarias, pero siempre y cuando nos dejaran con la inversión media. Y en cuanto a las transferencias del Estado para mantener los servicios básicos como son la sanidad, la educación o la dependencia, Canarias recibe en esta financiación general 400 millones menos. Y este recorte se aplica para ayudar a cortar la desviación que han hecho otras comunidades, que han despilfarrado, para compensar el desfase de Valencia o Murcia, donde está gobernando el PP precisamente.
– ¿Eso significa que el recorte presupuestario estatal tendrá más incidencia social en Canarias que en otras regiones?
– Sí. Lo más grave es el paro que se va a generar, por efecto de la paralización de obras, que afectará a cerca de 5.000 personas. Obras de inversión directa que tenían que pagarse en este momento la certificación de obras que se están ejecutando tanto en el convenio de carreteras, como en el de obras hidráulicas y el de costas, y obras también a través del plan de empleo de infraestructura educativa. O los 50 millones de euros que no van a llegar este año, que era anualidad correspondiente para el plan de infraestructura turística de determinados municipios. La otra cuestión son los planes de empleo que permitían contratar a mucha gente. Cerca de 10.000 personas trabajaban en planes de empleo en diferentes cabildos y ayuntamientos y, sobre todo la gente más difícil de recolocar en el mercado laboral. Además, se produce un encarecimiento de la vida en las Islas por la desaparición de la subvención al tráfico de mercancías, que incide en la cesta de la compra, o la merma de la ayuda a las desaladoras, que hará que suba la tarifa del agua.
– ¿Esta situación puede derivar en un clima social que convierta a Canarias en un problema para el Estado?
– Lo que le puedo decir es que la Comunidad Europea está muy preocupada porque en todas las regiones ultraperiféricas el paro está por encima del 30 por ciento y ha habido algunas donde ha habido revueltas sociales porque el paro ha alcanzado el 40 %. Desde luego, si con la evolución del paro en los próximos meses no hay ninguna incentivación, ninguna política de Estado que permita cambiar esa tendencia, la situación social es insostenible. Y desde luego, Canarias no es Castilla. Problemas sociales en Canarias y revueltas sociales en Canarias y tensiones sociales en Canarias no son lo mismo que en cualquier otro territorio del Estado.
– ¿En qué medida la actual situación de grave crisis económica en Canarias va a incidir en el próximo congreso de CC?
– Yo creo que hemos estado hablando de los temas que preocupan a la ciudadanía y sobre los que CC debe centrar sus debates en este congreso para saber qué modelo económico planteamos para Canarias en los próximos años y sobre un proyecto que ilusione a las nuevas generaciones nacionalistas y a la sociedad canaria. Nos equivocaríamos en CC muy gravemente si no centráramos el debate de nuestro congreso en esos aspectos esenciales de lo que preocupa a la ciudadanía. El proyecto político de CC ha sido determinante en la historia de Canarias en los últimos 20 años. Ese proyecto se ha trabajado y se diseñó y se ha implantado en los últimos 20 años, pero creo que la sociedad ha cambiado, la vida política ha cambiado, la situación en Canarias ha cambiado y tenemos el reto de volver a dar respuestas para los canarios en los próximos 20 años.
– ¿Se opone usted a la compatibilidad de cargos y que el presidente del Gobierno pueda presidir el partido?
– En CC siempre hemos defendido que la presidencia del partido nunca ha coincidido con la presidencia del gobierno porque creemos que el partido es el que debe dar las directrices al gobierno. Ese es el modelo con el que nos hemos organizado tanto en el ámbito nacional de Canarias, como en el insular y municipal. Yo creo que el partido debe ser una cosa, y el gobierno otra y que ha sido muy positivo evitar esa duplicidad de cargos. Pero estamos abiertos en un debate en ese asunto que es interesante y hay mucha gente en el partido que cree que al revés, que le da fuerza a un comité local que el alcalde sea el presidente de un comité local y que le da fuerza al partido que el presidente sea el presidente del gobierno. Creo que no está nada decidido, que está el debate abierto y que seguro que en ese congreso de forma mayoritaria tomaremos una decisión, que es un debate muy interesante.
– ¿Debe renunciar Paulino Rivero por tanto a presidir de nuevo CC?
– Paulino Rivero en ningún momento ha dicho que quiera volver a presidir CC. Si el partido le pide que acepte la presidencia, para él va a ser una carga. No es un privilegio. El aceptará la decisión que tome el partido porque sé que él es un hombre de partido, pero él en este momento no se está propugnando para presidir CC.
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