A cuentagotas, el Gobierno español sigue desgranando las medidas para hacer frente a una crisis que ha instalado en la incertidumbre a muchas familias y a muchas empresas. Esta semana fue parlamentariamente intensa.  Salieron adelante unos Presupuestos Generales del Estado de 2009 a los que no pudieron incorporarse las mejoras que Coalición Canaria introdujo en el Senado y los nacionalistas canarios los rechazamos finalmente en el Congreso. No ya sólo porque han sido desbordados por la intensidad de una crisis galopante, sino porque representan un retroceso respecto a lo invertido en Canarias en el  presente ejercicio.

El Presupuesto crece; pero el Gobierno se ajusta el cinturón justo en una región como Canarias, donde es más necesaria que nunca la obra pública, porque nuestros niveles de paro se han disparado sobre todo en el sector de la construcción, contaminando al resto de la economía.

Es una evidencia total que Canarias pierde con estos Presupuestos. Y la negativa del PSOE a alcanzar un acuerdo extrapresupuestario que al menos salvara las pequeñas mejoras introducidas en el Senado nos abocó al voto en contra. Nadie puede defender con rigor estas cuentas en Canarias; porque incluso las insuficientes cantidades apuntadas para los menores inmigrantes que Canarias acoge se quedaron fuera, sin una garantía real. No es que haya estado ausente la generosidad, es que se ha practicado una manifiesta racanería.

Coalición Canaria respaldó esta semana, por otra parte, la medida para devolver liquidez a las empresas y a las familias, con una nueva inyección de 10.000 millones de euros (5.000 de ellos del Estado) para facilitar créditos. Pero advertimos que deben reducirse los tipos de interés con que se facilite este dinero público a los ciudadanos. No es de recibo el diferencial que la banca todavía mantiene en sus préstamos respecto a lo que le cuesta el dinero que le presta el Estado.

Las rebajas del precio del euro que, por otra parte, está haciendo continuamente el Banco Central Europeo no están llegando hasta ahora a los ciudadanos. El propio vicepresidente Solbes se ha quejado por ello. Pero a la hora de tomar nuevas medidas apuntan a que permitirán a la banca prestar los nuevos fondos que le facilite el Instituto de Crédito Oficial  (ICO)  dos puntos y medio por encima del interés que les cobre el Estado. Un margen demasiado alto para los tiempos en que vivimos. Sobre todo cuando saben que muchas empresas y familias precisan de esos recursos con tanta urgencia como para no discutir su precio.

Los bancos están cobrando por adelantado, a todos, la morosidad previsible  de algunos. Eso podría ser discutible en condiciones normales; pero no puede ser aceptable cuando ya empiezan a manejar dinero público barato, extensos avales a su propio endeudamiento o la posibilidad de vender sus propios activos al Gobierno.

También se analizaron en el Congreso de los Diputados los recientes acuerdos del último  Consejo Europeo en Bruselas; donde se establecieron nuevos compromisos para que la UE aporte más fondos a la reconstrucción económica de un Europa cada vez más deprimida.

Toca ahora a España formular propuestas para el empleo de esos  nuevos recursos. Y de nuevo CC volvió a acercar a Canarias el debate en el Congreso. Porque con los precedentes presupuestarios que tenemos, nos preocupa mucho que en la confección de esos proyectos no se atribuya a Canarias lo que legítimamente le corresponde. No solo por su población, sino también por sus niveles de paro y por nuestra condición ultraperiférica. Si Europa nos reconoce esta diferencia desde hace años -tras una conquista labrada a pulso con el resto de la RUP – no tendría ningún sentido que España no hiciera lo mismo con fondos que le van a llegar de la Unión Europea.

Lucharemos por ello; con pasión pero no con menos cabeza

 

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