Más allá de que se cumplieran las expectativas de cada uno sobre los resultados del Debate sobre el Estado de la Nación, lo cierto es que las especiales circunstancias de Canarias han estado bien presentes en esta cita parlamentaria, seguramente la más relevante junto al debate presupuestario.

Sentado lo anterior, son perfectamente legítimas casi todas las lecturas que los ciudadanos y analistas puedan realizar, en función de la credibilidad que cada uno  tenga sobre el Gobierno y sus anuncios y sobre los grupos parlamentarios y sus demandas.

Para los que no creen en absoluto en Rodríguez Zapatero éste habrá sido un debate más en el que el presidente ha hecho uso de su juego de propuestas y propuestas.

Para los que si creen en el presidente, habrán comprobado que Rodríguez Zapatero se moja con Canarias  cuando desde CC se le plantean propuestas razonables y plenamente justificadas ante la crisis, como son fondos para construir y reformar colegios, créditos para rehabilitar nuestros hoteles y hostelería, dando trabajo así a los desocupados de la construcción residencial; o menores tasas aéreas para atraer  más visitantes y evitar que la caída del empleo siga produciéndose en el resto del año.

Medidas todas dirigidas a ese objetivo de parar como sea la caída del empleo y mejorar las posibilidades formativas de nuestros jóvenes, ante un mercado de trabajo cada día más competitivo. Y en el anuncio de un plan integral para Canarias a poner en marcha este año se podrán desarrollar buena parte del plan de 18 medidas  que propuse en el Congreso y que fue aprobado por unanimidad de todos los grupos.

Pero ¿qué piensan los que no tienen ni filias ni fobias sobre Zapatero y juzgan los hechos por lo que son y no por quien los anuncia? Ahí se instalan la mayoría de los ciudadanos y también la gran mayoría de los que confían en Coalición Canaria y en el Gobierno de Canarias para salir adelante y para reivindicar al Estado alto, fuerte y firme.

¿Qué piensan? Pues piensan lo que dicta el sentido común: son gestos positivos, anuncios razonables [tan buenos que Baleares se ha sumado ipso facto a las tasas aéreas] pero que solo se podrán valorar realmente en el futuro, cuando se concreten en hechos.

Hace unos años, cuando se anunciaba que se había logrado un compromiso ya en firme del Estado [el convenio se firma mañana lunes] para destinar casi 7.000 millones de las antiguas pesetas a los colegios canarios, la noticia era importante y destacada. Porque permite la construcción de cuatro o cinco grandes colegios  y obras de reforma en una veintena de ellos.

Hoy se habla de cuarenta millones de euros para lo mismo y parece que tiene menos importancia. Pero cuando las monedas se transforman en hechos, en centros de enseñanza y en más de mil personas fabricándolos o reformándolos durante dos o tres años (aparte de los efectos indirectos en las industrias auxiliares) se comprueba que la medida tiene una relevancia notable.

Por otra parte, “abrir el melón” de la reforma del REF como vía para dotarnos de un marco nuevo ante la crisis supone el mayor reto de Canarias durante el presente año, en la medida que habrá que suscitar un amplio consenso social sobre sus nuevas líneas, frente al que -espero- el partidismo y el sectarismo queden aparcados en beneficio de nuestra tierra.

Para los crédulos, para los incrédulos, para los escépticos, para los desconfiados, para los razonadores…. lo cierto es que hay algunas evidencias ciertas y demostrables de que esta semana, en el Congreso, hemos dado pasos adelante. Cada uno juzgará si muchos o pocos. Lo importante es seguir avanzando. Seguir sumando. Que las diferencias no bloqueen el necesario flujo de apoyo que el Estado y la UE han de aplicar en Canarias.

 

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