El escritor y diplomático Ángel Ganivet decía que “si en la vida práctica la dejadez se hace visible por el no hacer, en la vida intelectual se caracteriza por no prestar atención”. En el caso de la política, la dejadez se refleja en la falta de compromiso. Es lo que le ocurre al Partido Popular de Canarias. Mientras sus compañeros de Baleares anuncian que no se van a quedar de brazos cruzados y que van a plantar cara al Gobierno del Estado para exigir un aumento de la inversión, los populares canarios han optado, un año más, por arrimar el hombro con sus compañeros y alabar unas cuentas en las que Canaria vuelve a figurar a la cola.

Lo más curioso es que la inversión en Baleares aumenta en más de un 86 por ciento en 2015 frente al 4 por ciento en Canarias. Pese a esta abismal diferencia, el presidente de Baleares y máximo responsable del PP en dicha Comunidad Autónoma, José Ramón Bauzá, ha vuelto a rebelarse contra el Gobierno que preside Mariano Rajoy. En la sesión plenaria celebrada en el Parlamento balear el pasado martes, día 7 de octubre, manifestó que «no comparte la política de inversiones que hace el Estado con respecto a Baleares” y que “los consejeros y sus equipos deben seguir trabajando antes los ministerios para conseguir mejorar las inversiones que siempre han sido deficitarias en esta Comunidad».

Contrasta esta firme oposición con las manifestaciones de los representantes del PP de Canarias, que han convocado ruedas de prensa y han publicado artículos de opinión en los que repiten como un mantra que se trata de los presupuestos del crecimiento. Reflexiones en las que se limitan a reproducir sin ninguna autocrítica los argumentos cocinados por el Gobierno del Estado para tratar de hacernos creer sus eslóganes con la mirada puesta en las elecciones que se celebrarán en 2015.

Es la diferencia entre quienes están comprometidos con su tierra y quienes solo lo están con su partido. En Baleares, el PP fue crítico con las cuentas del Estado de 2014 y su firmeza fue recompensada con una partida superior a los 90 millones de euros para financiar carreteras y la inclusión de una disposición especial para blindar 74 millones de euros para depuradoras. Lo mismo sucede con las prospecciones: la oposición del PP de Baleares a los sondeos petrolíferos ha obligado al Gobierno del Estado a paralizar los estudios de impacto ambiental, mientras que en Canarias se han agilizado.

¿A qué se refieren los populares de Canarias cuando aseguran que se trata de los presupuestos del crecimiento? ¿Consideran que es justo que Canarias reciba 160 millones de euros menos que la media de las Comunidades Autónomas? ¿Creen que es equitativo que la inversión por habitante en las Islas sea de 173 euros frente a los 249 euros de la media estatal? ¿Qué opinan sobre que su influencia en Madrid sea tan irrelevante que Canarias no figura entre las siete Comunidades Autónomas –todas gobernadas por el PP o su socio UPN- en las que más aumenta la inversión?

Los populares canarios obvian todos aquellos detalles que certifican el pésimo desequilibrio de las cuentas diseñadas por el Gobierno del Estado. Omiten que los 173 euros que recibe cada canario se sitúan muy lejos de los 699 euros per cápita que le corresponde a Castilla-León o los 514 que percibirán los gallegos.

Desde que Mariano Rajoy accedió a la Presidencia, los presupuestos estatales han reducido las inversiones en Canarias en más de un 50 por ciento. Sin embargo, pese a los fuertes recortes de los que ha sido víctima nuestro Archipiélago, la estrategia del PP de Canarias sigue siendo la misma: condescendencia con las políticas del Estado y cero autocrítica con las decisiones de un Gobierno que premia descaradamente a unos territorios frente a otros.

Carreteras tan necesarias como la de La Aldea , el anillo insular de Tenerife o el eje Norte-Sur de Fuerteventura vuelven a quedar en el aire por la nueva disminución presupuestaria que el Ministerio de Fomento ha aplicado al convenio con Canarias. Un recorte que chirría si tenemos en cuenta los 3.561 millones de euros que se invertirán el próximo año para seguir ampliando la red de alta velocidad en la Península. A nosotros, en cambio, nos conceden 54 millones de euros para carreteras, muy lejos de los más de 200 que nos correspondían en 2015. Una decisión que supondrá la paralización de proyectos y, por tanto, el cierre de pequeñas y medianas empresas, y la pérdida de miles de empleos en la Comunidad más castigada por la crisis.

Los populares de Baleares no se quedarán de brazos cruzados y batallarán en el periodo de enmiendas para incrementar las partidas para sus Islas, mientras que los populares canarios volverán a optar por el mismo camino de siempre: el silencio y la complacencia con sus compañeros del Gobierno del Estado. Y luego dirán que se trata de los presupuestos del crecimiento. Es el más fiel reflejo de la dejadez de unos frente al compromiso de otros.

 

 

 

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