Casi tres años después de su toma de posesión como presidente, casi todas las promesas que Mariano Rajoy asumió con Canarias en el debate de investidura se han evaporado o han sido rotas por los ajustes que el Gobierno ha aplicado a unos territorios más que a otros. El próximo miércoles volveré a pedir a Rajoy que justifique en el pleno del Congreso el incumplimiento de sus compromisos.

Es la segunda vez en esta legislatura que le formulo la misma pregunta. Y me temo que, lejos de reconocer que ha fallado a la sociedad canaria, optará una vez más por ocultar parte de la realidad con expresiones grandilocuentes o usando eufemismos para maquillar las medidas que su Ejecutivo está adoptando en el territorio más castigado por la crisis.

Siete fueron las promesas que Rajoy adquirió con Canarias en el debate de investidura. Han pasado casi tres años y no ha cumplido ni una sola. Al contrario. Algunas han sido arrasadas por el tsunami de los recortes del Gobierno, otras han sido cercenadas y otras han ido en sentido inverso al que nos prometió entonces.

Rajoy nos garantizó que su compromiso con el Régimen Económico y Fiscal de Canarias sería “total, pleno y absoluto” y que no sólo lo cumpliría sino que lo mejoraría. Lejos de formalizar su promesa con la piedra angular del sistema económico y fiscal y canario, su Gobierno ha abierto aún más la brecha que existe entre la inversión en Canarias y la media del Estado. La última muestra es el proyecto de ley de los Presupuestos de 2015 que se tramita en el Congreso. Por ello, hemos tenido que presentar enmiendas por valor de 1.085 millones de euros para corregir unas cuentas que nos sitúan a la cola en las inversiones del Estado. También ha incumplido las compensaciones que nos corresponden a través del REF para afrontar los sobrecostes del agua, la energía y las comunicaciones

Nos dijo que mantendría la misma política en la rehabilitación de los espacios turísticos. Sin embargo, eliminó este proyecto de un plumazo en los primeros presupuestos que aprobó su Gobierno sin ofrecer explicaciones ni una justificación sensata al sector del que depende la economía canaria. En cambio, han aparecido en las cuentas estatales otros proyectos similares en el Mediterráneo, como el plan de infraestructuras turísticas de la Costa del Sol.

Nos aseguró que el POSEI era muy importante y que su compromiso con la agricultura canaria era muy claro. En cambio, su Gobierno ha hecho todo lo opuesto y las ayudas al sector más sensible de nuestra economía son más que insuficientes. Esta misma semana, el secretario de Estado de Medio Ambiente dijo que no presupuestará ayudas estatales para este programa en 2015.

Dijo Rajoy que estaba de acuerdo con la prórroga de las tasas aéreas y nos anticipó que su política en esta materia sería diferente en los aeropuertos canarios. Tan sólo unos días después de su toma de posesión, su Gobierno decidió no prorrogar la bonificación de las tasas. Y, desde luego, no ha habido una política específica de tasas para los aeropuertos canarios. Y ahora avanzamos hacia una privatización del 49% del capital de AENA sin la certeza de que el Estado será capaz de seguir velando por el interés general cuando sus decisiones sean puestas en entredicho por los nuevos socios.

Nos avanzó entonces que iba a plantear la quinta libertad para los aeropuertos canarios. Casi tres años después, no tenemos noticias de una medida que sería clave para cumplir nuestra aspiración de ser un nodo de comunicaciones entre continentes. En cambio, altos cargos de los Ministerios de Fomento e Industria se han desplazado a diferentes países para cerrar alianzas con distintas compañías para que usen Barajas como hub en sus operaciones con terceros países.

Nos hizo creer que subvencionaría el transporte del plátano para competir en igualdad con el banano. Y lo que ha hecho es bajar la subvención del transporte de las mercancías, que afecta a los productos agrarios e industriales, mermando con ello su competitividad en el mercado. El plátano sigue sin figurar en dicha lista y muy lejos queda ya el compromiso de que el Estado cubra el 70% del coste del transporte de mercancías agrícolas con origen o destino en Canarias y el resto de España, tal como establece el artículo 3 del Real Decreto 170/2009.

Dijo que llevaría adelante un plan de infraestructuras, un plan de costas, un plan de carreteras y un plan de empleo. Planes de los que apenas quedan rastro. Sólo en el convenio de carreteras han desaparecido 628 millones de euros en esta legislatura y con ellos cientos de pequeñas empresas se han visto afectadas y se han perdido miles de empleos.

Trató de calmar nuestras inquietudes asegurándonos “que trataría de manera desigual a los que son desiguales”. Lamentablemente, no ha sido así. En el lenguaje del Gobierno una misma palabra puede significar dos cosas distintas y contrarias. Y su empeño en atenuar los aspectos negativos con el énfasis en los supuestos avances positivos choca siempre con la tozuda realidad. Y me temo que Rajoy volverá el miércoles a ocultar la verdad con eufemismos para no reconocer que sus políticas en Canarias han sido ruinosas.

 

 

 

 

 

 

 

 

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