No es ilógico que muchos teman que la catástrofe de Haití quede sepultada en unos meses en el olvido y  arroje a ese país a un pozo definitivo. 

Y no lo es porque tenemos el cercano ejemplo de África, de la que los países desarrollados solo se acuerdan  cuando  las catástrofes humanitarias  golpean  las conciencias. En cuanto desaparecen de la agenda  informativa,  en cuanto  las imágenes de muertos y cayucos desangelados se olvidan, la África pobre vuelve a  caerse del mapa .

El pasado mes de marzo logramos desde CC que el Congreso aprobará por unanimidad un compromiso del Estado para que impulsara ““la potenciación de Canarias en todos los ámbitos como plataforma de la política exterior española en África Occidental, en particular en la ejecución de la política de cooperación española en la zona, aprovechando la experiencia de que ya dispone Canarias”. Fue un primer paso.

La inclusión de este punto en la llamada “Estrategia Integral para Canarias”  aprobada  por el Consejo de Ministros en Las Palmas el pasado 9 de octubre parecía indicar que, por fin, se tomaban en serio esta vieja demanda de Canarias, empeñada en ser el brazo humanitario de la UE en África Occidental; al tiempo que un puente logístico.

El quinto eje de dicha Estrategia lleva por título: “Configurar Canarias como una Plataforma hacia África y América desde la Unión Europea”. Pretendía “incorporar las prioridades de Canarias en la política exterior y en la política de cooperación al desarrollo en África; y facilitar las relaciones comerciales y culturales de Canarias con el vecino continente.

Pero, tal como han puesto de manifiesto diferentes análisis (entre ellos el del propio redactor del programa electoral socialista),  el Gobierno español no ha dedicado ni un solo euro nuevo a ese objetivo en el año 2010. José Luis Perestelo le reprochaba hace unos días al presidente Zapatero el que tampoco África figure  por ninguna parte en la agenda de la Presidencia  española de la Unión Europea. Los dos indicios son muy reveladores.

 Hay cientos de “puertos príncipe” cercanos en el continente africano, cuya suerte condenada no se resolverá a golpe de respuestas esporádicas de Europa o de las potencias mundiales. Y difícilmente España puede impulsar en estos seis meses una nueva actitud de Europa hacia el vecino del Sur si hemos vuelto a olvidar a África desde que los cayucos ya no aparecen en los telediarios.

Desde Coalición Canaria le recordamos siempre al Gobierno los compromisos adquiridos para asentar de veras una política estable en África Occidental, de la mano con Canarias.  Por ello es necesario desarrollar de una vez ese quinto Eje del llamado Plan Canarias, concretando un programa de trabajo específico que inserte a los canarios en las políticas de vecindad de España (el llamado “Plan África II”) y de la UE.  Solo con constancia y firmeza lograremos ejercer un papel más responsable en los dramas permanentes que se viven ahí al lado; y que hoy se reflejan, intensamente multiplicados, en Haití.

 

 

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