El 2 de noviembre de 2005, el Senado aprobó, con los votos de todos los grupos allí representados, una iniciativa presentada por Ricardo Melchior, portavoz entonces de CC en la Cámara Alta, por la que se instaba al Gobierno a impulsar la creación urgente del Instituto Volcanológico de Canarias.Se trata de una demanda de todos los sectores de la sociedad isleña, que consideramos tan necesario como urgente dotarnos de ese instrumento básico en el único territorio de España que está sometido a riesgo volcánico.

Han transcurrido ya dos años y medio desde que todas las fuerzas políticas parlamentarias, con el PSOE a la cabeza, manifestaran con la contundencia y la autoridad moral de una decisión adoptada por unanimidad en sede parlamentaria, la necesidad de creación del Instituto y, sin embargo, aún estamos en la misma situación que entonces.

En este tiempo han pasado algunas cosas que deberían haber significado un empuje decisivo para que este artículo fuera en estos momentos innecesario. Por ejemplo, el compromiso de la entonces ministra de Educación y Ciencia en el Pleno del Senado, el 7 de noviembre de 2007.

Respondiendo, una vez más a una pregunta parlamentaria de Ricardo Melchior, Mercedes Cabrera expresó su apoyo a la moción y la plena colaboración de su ministerio “a cualquier iniciativa que permita incrementar el conocimiento sobre esta materia en las Islas Canarias”.      

Hoy, Mercedes Cabrera ya no dispone en su departamento del área de Ciencia, porque José Luis Rodríguez Zapatero decidió crear un nuevo ministerio, el de Ciencia e Innovación, lo que demuestra la importancia que le da el presidente del Gobierno a la investigación, y por tanto a centros como el Volcanólogico. Confíamos en oír pronto de la nueva ministra, Cristina Garmendia, un compromiso claro y firme, acompañado de acciones.

Así pues, tenemos de un lado el compromiso de la entonces ministra de  Educación y Ciencia y, ahora, la reciente creación de un nuevo ministerio específico de Ciencia. Pero es que además, hay un compromiso manifestado por Rodríguez Zapatero de que su Gobierno debe cumplir aquellas iniciativas que salgan aprobadas del Congreso y del Senado. Y esta moción de CC lo fue por unanimidad.

Los diputados de Coalición Canaria vamos a continuar la labor reiterada y fundamental que desarrolló en el Senado Ricardo Melchior. Por eso, hemos presentado en el Congreso una iniciativa, en forma de proposición no de ley, para insistir en la necesidad de que el Estado dé por fin el impulso necesario para la creación del Instituto.

La iniciativa la defenderá en un próximo Pleno José Luis Perestelo.  El texto es idéntico al de la moción aprobada en el Senado en noviembre de 2005. Así, en buena lógica, los mismos grupos políticos que lo apoyaron en la Cámara Alta, lo harán ahora en el Congreso cuando vuelva a debatirse la creación del Instituto Vocalnológico de Canarias.

De aprobarse, el Congreso de Los Diputados manifestará la necesidad de la creación del Instituto Volcanológico de Canarias como un Ente autónomo participado por todas las Administraciones Públicas con competencia en protección civil ante riesgo volcánico. También participarán las Universidades Públicas de Canarias.

De la enumeración de las funciones que se le encomienda al Instituto obtenemos una idea clara de su importancia: la elaboración de los mapas de peligrosidad volcánica de Canarias, con la finalidad de realizar una zonificación del territorio en función de la peligrosidad volcánica; el diseño, operación y mantenimiento de un programa de  vigilancia volcánica multidisciplinar que incluya el uso de técnicas geofísicas, geoquímicas y geodésicas para mejorar la detección e interpretación de señales de alerta temprana sobre futuras crisis volcánicas que pudieran ocurrir en Canarias.

Además, y sigo citando textualmente las funciones encomendada al Instituto: la puesta en marcha de un equipo volcanológico capaz de asumir la gestión científica de las crisis volcánicas que puedan ocurrir en nuestro territorio, y eventualmente en el extranjero, especialmente en aquellos países con los cuales existen fuertes lazos culturales e históricos; la colaboración con los servicios de Protección Civil; elaboración y ejecución de programas educativos sobre los fenómenos volcánicos destinados a la población escolar, los municipios, etc., en colaboración con las autoridades implicadas (Consejería de Educación, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, Cabildos Insulares y Ayuntamientos.).

Finalmente, la proposición establece que la sede estará ubicada en Tenerife, y habrá subsedes en las islas con mayor peligrosidad volcánica, y concluye afirmando de forma contundente que el Instituto Volcánico de Canarias es una responsabilidad urgente e inaplazable, que ha de entrar en funcionamiento cuanto antes.

Es una institución, por motivos obvios, fundamental para las Islas. Los expertos aseguran que el riesgo volcánico en Canarias es ahora mayor que hace tres décadas. Es un riesgo natural que también nos diferencia con la Península, porque dentro del territorio español, sólo en nuestras islas se han producido erupciones volcánicas en los cinco últimos siglos. En el siglo XX se produjeron tres, y una está aún en la memoria colectiva de buena parte de la población canaria: la que ocurrió hace algo menos de cuarenta años en La Palma, en el volcán Teneguía.

A nosotros nos corresponde poner las medidas necesarias para contribuir a la reducción del riesgo volcánico, y por tanto, a la seguridad ciudadana con un esfuerzo conjunto de coordinación entre el Estado, el Gobierno Canario y los Cabildos. La voluntad de las instituciones canarias y de sus responsables está demostrada. Ahora falta que el Gobierno estatal cumpla lo prometido.

 

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