Casi al borde de las vacaciones parlamentarias, y con dos años de retraso sobre los plazos inicialmente previstos,  se ha cerrado el nuevo modelo de financiación autonómica.

Algo aparentemente muy ajeno al interés noticioso de la gente; porque raramente lo pone en relación con el nivel de servicios públicos que obtiene. Pero está claro que la mejor o peor sanidad, educación o acción social que prestan las comunidades autónomas tiene mucho que ver  con el grado en que el Estado les transfiere parte de los grandes impuestos que financian a todas las administraciones.

Hay pocas cosas absolutamente seguras que puedan afirmarse sobre el nuevo reparto de los fondos autonómicos; más allá de un hecho por todos reconocido: el extraordinario avance que ha dado Cataluña en su financiación.

Sobre el resto de las comunidades, la información es muy escasa y no del  todo fiable, por los motivos que explicaré.

Frente a lo que muchos ciudadanos puedan pensar [que se reparten en una mesa cantidades concretas de millones de euros], lo que el Consejo del Ministros va a aprobar después de haber escuchado a las autonomías en el Consejo de Política Fiscal y Financiera son un complejísimo entresijo de fórmulas matemáticas que reparten el conjunto de los recursos que se recauden en el futuro, atendiendo a muchísimas variables; y distribuyéndolo en cuatro fondos diferentes.

CC ya logró en el pasado que se ponderara el hecho insular creando un mini fondo del 0,5% para añadir a lo que correspondería a Canarias y Baleares; y ahora ese fondo se ha mejorado en una quinta parte de lo que antes tenía, hasta llegar al 0,6%.

Ese es un avance, pero es  un dato insuficiente para poder afirmar o no que Canarias haya salido al menos por encima de la media de mejora del conjunto de las comunidades. Por eso comparto plenamente el salomónico “sí crítico”  que el Gobierno de Canarias otorgó al nuevo modelo.

Avanzan todas las comunidades, avanza Canarias; pero no podemos precisar en cuánto realmente; entre otras cosas porque, hoy menos que nunca, se sabe cómo va a evolucionar la recaudación del Estado en los dos o tres próximos años. Si cayera mucho, todas las cifras que en los últimos días se han dado perderían todo su valor. Pero Canarias, como ha señalado el presidente Rivero, conserva todavía la baza negociadora de los llamados “fondos ITE” y de recursos suplementarios que puedan llegar a través del nuevo Régimen Económico Fiscal. De ahí el pragmatismo y prudencia con el que el Gobierno Canario ha abordado esta negociación, primando los resultados presentes y futuros más que la ocasión para producir un desgaste al PSOE.

¿Por qué decía antes que la información no es del todo fiable como se ha presentado?

Porque, primero, no se debe olvidar algo que, entre tanto triunfalismo de miles de millones de euros por aquí y por allá, no parece ser tenido en cuenta. Me refiero al hecho de que esas cifras están condicionadas a la recaudación del Estado de cada año. Y segundo, que en pocos años como en los actuales las previsiones o cálculos de recaudación habían sido tan fallidos o erráticos como ahora. Todos saben que en el presente ejercicio el déficit del Estado va a alcanzar el 10%. Creo que nunca ha ocurrido.

Y no hay todavía indicios  claros [sean verdes brotes o mariposas amarillas] que nos aseguren que la recaudación se va a recuperar para que esas previsiones de más financiación se cumplan.

Sin duda, el aumento pactado para este año va a aliviar las arcas autonómicas. Pero en algunos casos, ni siquiera llegará a compensar la caída recaudatoria que se está produciendo en este ejercicio.

Por lo tanto, el acuerdo alcanzado sobre la financiación autonómica alivia también políticamente al Gobierno central (al facilitar su estabilidad parlamentaria), compensa las penurias de las arcas autonómicas. Pero no supone en principio un mayor músculo financiero para las autonomías, porque la crisis lo nubla todo. Es decir, mientras no se reactive la economía, esa mayor participación de las comunidades autónomas en el gasto público va a quedar neutralizada por la caída recaudatoria.

La cuestión es si, a excepción de Cataluña, será de  igual manera en todas las comunidades. Lo podremos discutir cuando conozcamos a fondo las cifras de reparto de los dos próximos años. Hacerlo ahora nos conduce más a prejuicios de partida que a juicios de valor fundados.

En cualquier caso, la posición “centrada” de Coalición Canaria en esta pugna es la más conveniente para Canarias. No hemos abordado este asunto con el sectarismo y partidismo de los dos grandes partidos estatales. Estamos “centrados”, tanto en Canarias  como en el arco parlamentario. Por eso podemos pactar con unos y con otros  cada vez que eso suponga un paso adelante para nuestras islas. Y, a la inversa, por ese mismo motivo, quieren entenderse con Coalición Canaria los sectores más sensatos y pragmáticos del PP y del PSOE. Porque saben que somos confiables, que somos sensatos, que preferimos los acuerdos razonables antes que los pleitos de cara a la galería.

Por esos justos motivos, dos históricos dirigentes del PSOE canario, Jerónimo Saavedra y Casimiro Curbelo, se han atrevido a romper el monocorde y demonizador discurso de López Aguilar, solo para recordar que los de Coalición Canaria, no solo no somos malos por naturaleza, sino personas con las que se puede trabajar siempre.

Si eso contribuye a desentumecer la confrontada escena  política de Canarias, seguro que es bueno para todos.

 

Leave a reply