La definitiva aprobación de la reforma laboral ha marcado  el inicio del curso político. Coalición Canaria no la ha apoyado porque ni se le aceptaron sus enmiendas ni el resultado final ha suscitado la confianza de nadie. Es una reforma que se queda a medio camino de ninguna parte, presa de la indefinición con que el Gobierno la abordó, después de esperar impasiblemente durante dos años a que los agentes sociales se pusiseran de acuerdo.

No hubo el suficiente liderazgo político para afrontarla con ideas más claras en 2008 y ahora llega tarde, descafeinada y sin capacidad para constituir por sí misma el menor  revulsivo para el empleo. El gran ajuste laboral ya está hecho en este país, después de haber destruido dos millones de puestos de trabajo en el mayor proceso de empobrecimiento que se recuerda en décadas. Bien se podría decir de esta reforma aquello de que “a buey muerto, cebada al rabo” porque llega muy tarde y con escasa convicción en sus posibilidades para dinamizar el mercado laboral.

Los que ahora miran a Alemania con envidia (porque ha pasado lo peor de la crisis sin apenas costes de desempleo y empieza a crecer con fuerza) no aprecian que ha sido un país que hizo  sus deberes antes, entre otras cosas porque sus agentes sociales, empresarios y sindicatos, supieron ponerse de acuerdo: reducción pactada de costes laborales a cambio de mantenimiento del empleo en las empresas.

En España nadie ha representado y defendido realmente los puestos de trabajo, porque todos han estado más pendientes de no alterar su status quo que de proteger el tejido productivo, que es el pilar básico de nuestro estado de bienerstar. Al reducirse tan drásticamente ha disparado la demanda de servicios sociales y la caida de la recaudación fiscal y nos ha sumido en una espiral de decadencia que situa tambień a España a la cola en las expectativas de recuperación.

Coalición Canaria va a seguir combinando la crítica a los desaciertos del Gobierno  con la reivindicación de medidas específicas para la diferente situación del Archipielago  y con apoyos puntuales  que eviten una mayor degradación del país en momentos que siguen siendo críticos, porque la economía no remonta y porque ninguno de los dos partidos mayoritarios está ejerciendo un liderazgo responsable y efectivo, contribuyendo ambos a la desorientación y estacamiento del país.

 

 

 

 

Leave a reply