Coalición Canaria se ha opuesto esta semana con rotundidad a la convalidación del Real Decreto-ley por el que se reducen las primas a la generación de energía fotovoltaica; especialmente en las regiones con más horas de sol, entre las que Canarias es sin duda la primera.

La medida del Gobierno echa por tierra todos sus huecos anuncios de su estrategia para Canarias sobre la necesidad de potenciar las energías alternativas en nuestro archipiélago. Somos la región española (y una de las europeas) con más dependencia del petróleo a la hora de generar energía eléctrica, porque más del 95% de la creada utiliza esa fuente. Y eso tiene consecuencias muy negativas, no solo en el orden económico, sino en el medioambiental, ya que el petróleo es la segunda fuente más contaminante en en este tipo de procesos, después del carbón.

Es por ello que, desde hace muchos años, Canarias está tratando de sacudirse esa peligrosa dependencia, sobre todo a través de más instalaciones fotovoltaicas (un poco más caras pero apenas contaminantes) y eólicas (apenas contaminantes y más baratas) y mediante el gas natural (mucho menos contaminante y mucho más barato).

Sacudirnos la dependencia del petróleo es un objetivo estratégico de primer orden porque estamos absolutamente indefensos en el caso de que se produzca una crisis internacional de desabastecimiento o de escalada de precios, que arruinarían nuestra competitividad, tan necesaria ahora para escapar de la crisis.

Esa monodependencia hace ahora auténticamente obsoleto al sistema eléctrico de Canarias, que afronta además los propios problemas de escala de la múltiple insularidad. La Península y Baleares son ya un único sistema eléctrico, conectado con el europeo, con garantías totales de abastecimiento a buenos precios y con más diversificación de suministro, ya que acceden también a las fuentes más baratas, la hidroeléctrica y la nuclear, imposibles en Canarias.

He recordado todos estos detalles, como los recordé en el Congreso, porque tanto a los dirigentes de los ministerios como los congresistas con menos trienios les cuesta entender que aquí las condicionantes de partida son muy diferentes en muchas cosas; entre ellas la energía y el agua, absolutamente vitales para todo.

Y es por ello que CC se ha opuesto rotundamente a que se reduzcan en Canarias los incentivos a la energía fotovoltaica, comprometiendo seriamente su futuro y su propia expansión. Y que se haya hecho además en mayor grado de lo que se ha reducido en la Península. El Gobierno ha discriminado negativamente a Canarias en los recortes que ha hecho para controlar el déficit público. Ha reducido aquí las primas en más de un 40%, mientras en las regiones más al norte apenas las ha tocado.

Y eso que en Canarias apenas hay instalados unos 80 megavatios de fotovoltaica frente a los 3.400 instalados en la totalidad del Estado. Es por ello que la contribución de esos recortes en Canarias a la corrección del déficit no será significativa apenas. Sin embargo, para nosotros sí supone un elemento importante para nuestro futuro. Está claro que esa situación debe corregirse para no dañar además a uno de los escasos sectores en expansión.

 

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