La actividad del Congreso tuvo la semana pasada dos centros de interés donde el nombre de Canarias y de los canarios ha estado muy presente.. Me refiero a la proposición no de ley del PP sobre la rebaja del IVA y a la pregunta que planteé a Rodríguez Zapatero sobre el compromiso del Gobierno con el llamado “Plan Canarias”, el “vehículo” con el que se quiere ordenar y canalizar todas las inversiones del Estado en Canarias.Un contenedor que fue la respuesta del Gobierno a la demanda de mayores y diferentes medidas anticrisis estatales en este archipiélago, planteada por CC a la vista de que muchas de las tomadas en Península no tenían efecto alguno en Canarias. Dos centros de interés de alguna forma relacionados y que venían a poner a prueba la coherencia, sobre todo, de los partidos que tienen responsabilidad de gobierno.

Conviene precisar, de entrada, que la propuesta del PP tenía el único objeto de desgastar al Gobierno; porque las proposiciones no de ley no tienen efectividad práctica, sobre todo cuando los tipos del IVA [que no se aplica en Canarias] acaban de ser fijados en diciembre pasado, en la Ley de Presupuestos. Una norma que respaldaron PSOE, PNV y  CC, después de arduas negociaciones para incrementar notablemente las inversiones del Estado en nuestras islas.

De haberse plegado CC a los deseos del PP, se habrían producido tres consecuencias: primera, el IVA seguiría como está porque la declaración parlamentaria no tiene efecto ejecutivo. Segunda, se hubiera puesto en peligro el acuerdo parlamentario alcanzado en los Presupuestos sobre el  incremento de las inversiones en Canarias. Y tercera,CC hubiera roto la palabra dada, deshaciendo toda una trayectoria de partido que cumple son sus compromisos. Y todo ello para que el PP revolcara mediáticamente al Gobierno, sin duda un objetivo políticamente legítimo, pero que en nada conviene a los intereses generales de Canarias.

Por otra parte, es importante tener en cuenta que ningún gobierno europeo (sea socialista o conservador)  que mantenga un desfase de cuentas como el de España se ha permitido reducir la presión fiscal en unos momentos de déficit público galopante y de necesidad de mantener la inversión pública.

Coalición Canaria ha actuado con coherencia y con rigor. Y eso siempre reporta positivos efectos a medios y largo plazo. Refuerza nuestra autoridad moral y política para exigir al presidente Zapatero, como hicimos el miércoles, el cumplimiento de las medidas del Plan Canarias. Le interpelamos sobre la intención efectiva del Gobierno de invertir en Canarias 25.000 millones de euros en la próxima década, a la vista del recorte del gasto público en 40.000 millones durante el próximo cuatrienio.

El presidente del Gobierno volvió a confirmar las cifras que había anunciado el pasado mes de octubre. Y señaló los avances relativos al aumento de  las compensaciones al transporte marítimo de mercancías o a la prórroga de la rebaja de las tarifas aéreas. Avances que siguen siendo escasos, a la vista de la larga lista de cuestiones pendientes; pero que nos permiten seguir progresando en cuestiones  como la financiación las inversiones educativas, los planes de promoción de empleo, los convenios para la promoción turística, la ampliación de la financiación preferente para la reindustrialización y la renovación hotelera, los proyectos de rehabilitación turística de espacios públicos, la ampliación de los incentivos regionales, la reforma del Régimen Económico Fiscal de  Canarias o los nuevos instrumentos para la mayor presencia comercial de  Canaria sen Africa.

En momentos difíciles como estos, Coalición Canaria es coherente con su reiterado llamamiento al pacto político entre todos los partidos para superar la crisis y no va a destruir los puentes establecidos sobre tantos y tantos temas si realmente conducen  a una mayor implicación del Estado en Canarias.

Esa actitud siempre ha molestado al partido de turno que ejerce la oposición en la Carrera de San Jerónimo. Pero ha dado  indudables resultados que ya pertenecen a la historia de Canarias. De sus enseñanzas se alimenta la estrategia de CC más que de las improvisaciones mas o menos ocurrentes de los que les gustan usar la “cuestión canaria” como simple elemento  de confrontación con el que ocupa el Palacio de la Moncloa.

 

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