Cientos de cargos públicos del Partido Popular (PP) han expresado abiertamente su oposición a las prospecciones petrolíferas programadas en Baleares, Comunidad Valenciana y la Costa del Sol. Oposición que siempre ha contado con el silencio cómplice del ministro de Industria, José Manuel Soria. Una complicidad que contrasta con la ferocidad con la que el ministro y todos los cargos públicos del PP de Canarias, todos sin excepción, defienden las prospecciones frente a las costas de las islas de Lanzarote y Fuerteventura.
El Parlamento de Baleares debatirá próximamente una Proposición No de Ley firmada por la diputada del PP, Asunción Pons, en la que solicita el apoyo de la Cámara para exigir al Gobierno del Estado que paralice los sondeos de petróleo en aguas mediterráneas ya que este tipo de actividad “dañará la imagen de Baleares como destino turístico” y tendrá, según Pons, “impactos negativos para el medio ambiente y la pesca”.
Los argumentos que expresa el PP balear coinciden con los mismos que han apuntado previamente otros altos cargos del PP en otros territorios del Mediterráneo, como en Valencia o en Málaga. Un simple recorrido por la hemeroteca nos aporta un sinfín de titulares que tendrían, cuando menos, que sonrojar al ministro Soria y a quienes repiten en Canarias las mismas palabras que su jefe les ordena que repitan en las Islas.
Imposible olvidar aquella famosa intervención del diputado Esteban González Pons en la pasada legislatura, en la que dijo, entre otras cosas, que “el petróleo es una energía antigua, sucia y a extinguir. Estamos en el tiempo no ya del oro negro, sino del oro verde… ¿Hay petróleo frente a la Albufera? No queremos saberlo, porque si lo sabemos algún día se explotará, y el día que se explote el petróleo frente a la Albufera se acabó un parque natural, se acabó la pesca, se acabó la circulación de cetáceos, se acabó la pradera de posidonia, se acabó el turismo. Los valencianos tememos al chapapote y a no volver a ver los eclipses de luna sobre el Mediterráneo porque nos los tape una torre petrolífera”.
Como tampoco olvidamos los canarios aquellas palabras pronunciadas en el Congreso por la diputada y ex alcaldesa de Málaga, Celia Villalobos, agradeciendo la sensibilidad mostrada por José Manuel Soria “hacia Málaga y su industria turística al no autorizar la explotación de petróleo o gas en la Costa del Sol”.
Decía el escritor portugués José Saramago, que mantuvo una relación tan especial con Lanzarote hasta el día de su muerte, que “pretendemos comprender la vida a través de sus coherencias e identidades, cuando ciertamente éstas se explican por sí solas y no nos aportan nada. Deberíamos buscar la comprensión a partir de sus contradicciones pues éstas sí nos aportan información de la vida y la realidad”.
Y son precisamente las contradicciones del Partido Popular sobre su posición con respecto al petróleo y su efecto en el turismo las que nos aportar la información más valiosa y vergonzosa sobre una fuerza política que defiende ciegamente en Canarias lo mismo que rechaza con vehemencia en el Mediterráneo.
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