La modificación de Ley Orgánica sobre Derechos y Libertades de los Extranjeros en España (ley de Extranjería) ha vuelto de nuevo a ocupar el centro de la vida política; al votarse esta semana en el Congreso su admisión a trámite.
Cuatro cambios de la norma en ocho años da idea de la complejidad de un proceso que trata de garantizar los múltiples intereses y derechos en juego; especialmente sensibles cuando afectan muy directamente a personas. A seres humanos que en el 99% de los casos son desfavorecidos, sin recursos y con escaso amparo. Como lo fueron los canarios que protagonizaron sucesivas olas migratorias a América en los siglos XIX y XX.
Y el problema adquiere tintes más dramáticos y conmovedores cuando se refiere a los niños, a los menores inmigrantes no acompañados. Es sobre este colectivo que no tiene voz ni voto en ningún sitio donde Coalición Canaria ha puesto, pone y pondrá el acento para enmendar este nuevo proyecto de ley mucho más centrado en los mayores inmigrantes que en los pequeños. Quizá porque en el conjunto del país la cara de la emigración que ven ciudadanos, diputados y senadores es la adulta.
Pero en Andalucía y Canarias conocemos bien el fenómeno del niño o niña inmigrante, o de la madre que llega a punto de dar a luz. Y es ahí donde queremos que se pase de las buenas palabras, de los anuncios inconcretos eternamente postergados, a la norma legal. A una ley que, más que permitir, obligue a los poderes del Estado a tener la tutela de los niños inmigrantes para que puedan ser acogidos en hogares pequeños y adecuados en toda la geografía española. Para que no se vean obligados a vivir marginados y segregados en grandes residencias en Andalucía y Canarias.
Los canarios ejercemos la solidaridad con estos niños como en ninguna otra región. Y lo seguiremos haciendo; pero no podemos prestarles la misma atención que si estuvieran más y mejor distribuidos en toda España. Esa es una de las batallas de Coalición Canaria y del Gobierno de Canarias desde hace años. Y la modificación de la Ley de Extranjería es una inmejorable ocasión para ello.
La iniciativa del Gobierno está muy lejos todavía de contar con el apoyo de Coalición Canaria. Son muchas las cuestiones que deben cambiar y, por ello, serán múltiples las enmiendas parciales que presentaremos. El cambio, sin embargo, es una base para seguir trabajando. Y por eso votamos a favor de su admisión a trámite.
La más sorprendente y grave laguna del proyecto del Gobierno tiene que ver -insisto – con los menores extranjeros.
La propia Comisión Europea reconoce la necesidad de aliviar la carga de los territorios receptores de inmigración clandestina y de poner en marcha una política común europea en relación con estos menores. Pero, para reclamar la intervención de la UE, antes los gobiernos de España, Italia y Grecia (los más afectados) deberán hacer sus propios deberes. La nueva Ley será la oportunidad.
Esta semana llegaron veinticuatro niños procedentes de Gambia después de una dura peripecia. Aunque se haya atenuado, este fenómeno no se detiene. Tenemos la responsabilidad de acogerlos y lo seguiremos haciendo. Pero la norma estatal debe resolver el auténtico “limbo legal” en el que quedan cuando cumplen los 18 años. Coalición Canarias estará muy presente en el desarrollo de esta nueva Ley de Extranjería. . Desde el realismo sobre los límites que deben marcarse y desde la solidaridad sobre los mínimos que nunca se deben perder.
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