Al creciente malestar de la ciudadanía por el constante crecimiento del paro, se ha sumado esta semana el desbarajuste de toda una sucesión de noticias económicas negativas y desalentadoras, mezcladas con anuncios y rectificaciones de un Gobierno que, lejos de aplacarlas, las han vuelto más preocupantes.

Ha sido tal la bonanza de los últimos veinte años en este país como para que a sus máximos dirigentes les cueste asumir el grave empobrecimiento que hemos sufrido. Y para que actúen en consecuencia. Del país de nuevos ricos y crédito fácil hemos pasado a un escenario con crecientes y dolorosas dificultades. No ya para crecer, sino para mantenernos siquiera como estábamos. A medida que se profundiza en la cuesta bajo, las posibilidades de remontar se alejan.

Cuantos menos sacrificios estemos dispuestos a asumir ahora, más habremos de realizar en el futuro. No aparece en muchas noticias, pero buena parte del millón de empleos destruidos en dos años se repondrán en el futuro, con salarios significativamente inferiores  y dentro de la economía sumergida en gran medida. En parte por la falta de un gran pacto de las fuerzas políticas y los agentes sociales, que Coalición Canaria viene demandando desde hace un año.

El Gobierno y el Partido Socialista nunca creyeron que se alcanzaría esta situación y ahora dan palos de ciego, contradictorios, dubitantes, temerosos. El Partido Popular se ha limitado a la descalificación y nunca ha estado dispuesto a un gran acuerdo económico (como el logrado sobre el terrorismo o el negociado sobre educación); porque espera que sea el absoluto desastre económico el que le lleve al poder.

El PSOE pensó que la mejoría internacional arrastraría a España automáticamente. Pero los hechos demuestran que eso no se esta produciendo. Porque la crisis ha dinamitado nuestro más débiles pilares constructivos; cuyo creciente nivel de mora en la devolución de los préstamos ha inducido al sector financiero a apretarle las tuercas a todo el país, denegando créditos a compradores de vivienda o a los ahora arriesgados emprendedores.

La espiral involutiva se está cerrando más y más cada día. Cada uno de los sectores políticos y económicos se encastilla en la defensa de su propia parcela, mientras mucha buena gente sufre y va a sufrir en el futuro por la ausencia de  autentica responsabilidad en los grandes líderes de partidos, patronales y sindicatos ¿Hasta cuándo se tendrá que deteriorar la situación para que reaccionen?

La acción de Coalición Canaria en el Congreso y en el Senado trata de ser constructiva, proactiva, conciliadora entre los dos grandes bloques. Somos conscientes de que no podemos dar al Gobierno cheques en blanco para que siga con sus improvisaciones. Pero tampoco debemos contribuir a que se deteriore el clima político más de lo que está, porque será un factor que agravará la crisis.

Nuestro foco se orienta a Canarias casi siempre, como no podía ser menos, pero estamos dispuestos a colaborar con todas las acciones que estimulen la confianza y el estímulo necesario para salir de este atolladero.

 

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