Asistimos estos días al debate sobre uno de los asuntos políticos más importantes de cada año, los Presupuestos Generales del Estado y su reflejo en Canarias. Un debate que, entendido como controversia, discusión de ideas, no es tal cuando vemos cómo ha habido prácticamente unanimidad entre los partidos, los medios de comunicación españoles y canarios, las fuerzas sociales… en calificar estos Presupuestos para 2009 de nefastos para Canarias. Sólo el PSOE dice lo contrario, aunque esta vez haya tardado sospechosamente casi una semana en salir a defender lo que tiene poca defensa.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, habló de la situación de la economía canaria el pasado 10 de septiembre. Lo hizo en el Pleno del Congreso, y como es habitual, para responder a Coalición Canaria, en este caso a la diputada que firma este artículo. El presidente reconoció que las Islas sufren de forma especial la crisis y se comprometió a adoptar medidas concretas para Canarias. Dijo que le preocupa “trabajar conjuntamente para reducir las negativas cifras de empleo, apoyar la renovación del sector turístico, mantener una fuerte actividad de inversiones en infraestructuras y dar confianza a la sociedad canaria”

Unos días después, el 24 de septiembre, la ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa, aseguraba a mi compañero José Luis Perestelo, también en el Congreso, que la firma del Convenio de Obras Hidráulicas entre el Estado y el Gobierno Autónomo, tan importante para Canarias, era inminente, y que si no se había hecho antes era porque la cuantía es mayor de la que se había previsto.

La ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, reconoció el 1 de octubre la importancia del transporte para Canarias. La condición de islas alejadas hace necesaria una mayor atención a la conectividad de las islas entre sí y con el exterior, dijo la ministra. Y eso obliga a realizar inversiones.

Todo muy bien. Buenas palabras, serios compromisos asumidos solemnemente en sede parlamentaria por el Gobierno, pero que ahora se han quedado en nada, han sido totalmente desmentidas y sus autores desautorizados en el momento en el que el ministro Solbes ha presentado los Presupuestos Generales del Estado para 2009.

Frente a las palabras, nada hay más contundente que la fuerza de los hechos. Los datos fríos e incontestables de los números dicen que la inversión directa en Canarias baja un 13´2 por ciento respecto al año pasado. Es el descenso más alto de todas las comunidades. Suben las regiones ricas, como Navarra, Cataluña o Baleares, pero baja Canarias, a pesar de tanta preocupación del presidente sobre nuestras cifras de paro, de tanta promesa de invertir en la renovación del sector turístico y en las infraestructuras. Así, desde luego, no se da confianza a la sociedad canaria, como decía que iba a hacer el señor Zapatero.

También las ministras de Medio Ambiente y de Fomento quedaron en mal lugar. Las partidas para el Convenio de Obras Hidráulicas no sólo no han subido, sino que han perdido por el camino cinco millones. En cuanto a la subvención al transporte de mercancías, decisiva para el sector industrial, la cesta de la compra y la supervivencia de nuestro tomate, no sólo no aumenta ni tampoco contempla la posibilidad de ampliarlo al plátano, sino que disminuye en 20 millones. O los ministros no se hablan, o algunos prometen lo que no hay para salir del paso.

Pero es que, además, el mismo día que, como portavoz de Coalición Canaria en el Congreso, yo me reunía en el Ministerio de Economía con Pedro Solbes para plantearle las necesidades de las Islas, los diputados socialistas canarios daban una rueda de prensa en Madrid para anunciar como grandes logros suyos que habría dinero para los trenes de Tenerife y Gran Canaria y para unos buenos Presupuestos para Canarias.

A la vista está la influencia que tiene el PSOE canario en el Gobierno de Madrid. Perdemos en inversiones un 13´2 por ciento respecto al año pasado y nos ponemos a la cola de toda España. Cuando el empleo es una prioridad y el paro alcanza las 180.000 personas, no hay un euro para el Plan de Empleo en Infraestructuras Educativas. Tampoco hay un solo euro para renovación de infraestructuras turísticas, por lo que la rehabilitación en Puerto de la Cruz, Puerto del Carmen o San Bartolomé de Tirajana tendrán que esperar.

Tampoco hay dinero para los trenes. Y duele ver cómo sí aparecen 25 millones de euros para transporte ferroviario en Baleares, pese a que formularon su petición después de nosotros y basándose en nuestra iniciativa.

El análisis de los números canarios en los Presupuestos, partida a partida, ofrece un panorama desolador. Además de las capítulos ya citados, en rehabilitación del parque público de vivienda, baja de 7 a 5 millones; el Plan Integral de Seguridad de Canarias, de 10 a 5´9 millones; en Puertos del Estado disminuye de 150 a 119; desaparece la inversión para parques nacionales, y en la Catedral de La Laguna, la única que figura en el Plan de Catedrales del Estado, sólo aparece el alquiler de andamios. Aquí el desautorizado es el ministro de Cultura, que había comprometido seis millones para su rehabilitación.

El Gobierno sí se ha preocupado de aumentar la inversión en un capítulo muy concreto: las prisiones. Ante las necesidades de infraestructuras que tenemos en Canarias, el Gobierno ha preferido la inversión en prisiones en perjuicio del empleo, de la reconversión turística, del transporte y del sector agrario.

Por eso hemos pedido a todos los parlamentarios canarios en Madrid que unamos nuestro esfuerzo para que nuestra fuerza sea mayor y podamos, mediante enmiendas, paliar, reducir el daño, corregir las cifras. Si lo han hecho los partidos catalanes, ¿por qué no podemos hacerlo nosotros? Es demasiado serio lo que nos jugamos para que nos quedemos en luchas partidistas.

 

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