HUELLAS AFRICANAS CON NOMBRE DE MUJER

«Una vez me dijeron en África que las huellas de las personas que caminan juntas nunca se borran. He visto la huella que han dejado en África grandes mujeres como Wangari Maathai o como Rita Levi-Montalcini, que han sabido generar la ilusión en miles y miles de mujeres y han cambiado la vida de comunidades enteras». Estas hermosas palabras fueron pronunciadas por María Teresa Fernández de la Vega, hoy presidenta de la Fundación Mujeres por África, en la inauguración de la exposición en la que se realiza un recorrido por el arduo trabajo realizado con generosidad y cariño por mujeres y hombres de dicha organización en distintos países africanos, en los que han dejado su huella en el corazón de muchas mujeres y en comunidades ahogadas por la desesperación pese a contar tan solo con un año de vida.

 

CANARIAS EN BERLÍN

Anoche pronuncié una conferencia junto al parlamentario lanzaroteño, David de la Hoz, en la sede de la asociación «Canarias en Berlín», en la que ambos ofrecimos nuestro punto de vista sobre los retos a los que nos enfrentamos y debatimos, junto a un grupo de canarios y canarias que residen en la capital alemana, sobre las perspectivas de futuro. Un debate amplio y constructivo sobre cuáles son las debilidades que debemos corregir y las fortalezas que tenemos que poner en valor para construir una economía más diversa y más fuerte para ser más competitivos.

 

LAS PRISAS QUE AHORA SE ENTIENDEN

La Unión Europea cuenta desde esta semana con una nueva directiva comunitaria sobre seguridad medioambiental para la extracción de gas y petróleo. Una directiva que la compañía Repsol no tendrá que cumplir en el caso de las prospecciones petrolíferas frente a las costas de Lanzarote y Fuerteventura ya que la nueva normativa otorga un plazo de hasta cinco años para adaptarse a los nuevos requisitos a aquellas instalaciones que ya han sido autorizadas. De ahí que ahora se entiendan las prisas con las que ha actuado el Gobierno del Estado para desempolvar los permisos en Canarias y evitar que la petrolera española asuma un coste que seguramente pondría en jaque la continuidad de las investigaciones en las Islas.

 

EMPRESAS SIN ESCRÚPULOS

Todos seguimos teniendo muy presentes las imágenes de las víctimas rescatadas del edificio que se desplomó en Dacca, en Bangladesh, y que sacó a la luz la dramática situación en la que siguen trabajando miles de trabajadores, entre ellos niños y niñas, en empresas textiles y de moda que son subcontratadas por multinacionales cuyos nombres nos son tan familiares. Esta semana, en el Congreso de los Diputados, aprobamos por unanimidad, un hecho casi inusual en esta Legislatura, una iniciativa presentada por el Grupo Socialista para encajar en la legislación española las conclusiones sobre la responsabilidad social empresarial que figuran en el Informe del representante especial del secretario general de Naciones Unidas para los Derechos Humanos y las Empresas, John Ruggie.

 

LA VORACIDAD DEL MINISTERIO DE DEFENSA EN FUERTEVENTURA

El Ministerio de Defensa se ha garantizado la propiedad de 2,5 millones de metros cuadrados junto al aeropuerto de Fuerteventura, en el barrio del Matorral, tras la declaración de la zona de seguridad del acuartelamiento Teniente Coronel Valenzuela. Una instalación de la década de los ochenta que, en su momento, formó parte de la red de centros de acogida de inmigrantes tras la crisis de las pateras y cayucos y que, en estos momentos, se encontraba casi en desuso.

 

QUE LOS NIÑOS TENGAN VOZ

Toda iniciativa presentada por cualquier grupo parlamentario que no sea el Partido Popular está condenada al fracaso. Esa es la máxima que aplica el PP en esta Legislatura en las Cortes Generales, apoyándose en su amplia mayoría absoluta, incluso cuando se trata de propuestas que no admiten disputas políticas. Un ejemplo fue su inexplicable rechazo esta pasada semana a una proposición de ley presentada por el Grupo Parlamentario Socialista con la que se pretendía abrir el debate sobre las inaplazables reformas que se deben acometer para garantizar la protección de los niños y niñas que se enfrentan a un proceso judicial. La respuesta del PP fue un no rotundo.

 

EL PACTO QUE NO PUEDE ESPERAR

El último Consejo de Ministros del pasado mes de abril supuso la certificación definitiva de la defunción del programa con el que el Partido Popular logró sumar una impecable mayoría absoluta hace poco más de diecisiete meses. Una mayoría que logró gracias a su firme promesa de que sólo ellos eran capaces de rescatar la confianza dilapidada durante la etapa socialista. Prometieron que llamarían a las cosas por su nombre, que la curva ascendente del desempleo se quebraría y volvería a crecer el mercado laboral, que la prima de riesgo se desplomaría y que con ellos retornaría el crédito y el crecimiento económico.

 

EL PAÍS QUE FUE

Apenas han pasado diecisiete meses desde la celebración de las elecciones que auparon a Mariano Rajoy y al Partido Popular al Palacio de la Moncloa. No han transcurrido ni dos años de aquel día en el que la mayoría de los electores decidió entregar el futuro de nuestro país a un partido que les prometió el retorno de la confianza, la creación de empleo y un futuro de prosperidad y progreso económico. Pese a que aún no hemos cruzado el ecuador de la legislatura, ya nada queda de las vanas promesas de entonces.

 

ECHAR MÁS SAL EN LAS HERIDAS DE LA CRISIS

El Partido Popular vetó la semana pasada en el Congreso una iniciativa en la que se exigía al Gobierno que mantuviese su apoyo al Plan Concertado de prestaciones básicas de servicios sociales en las corporaciones locales. Los populares evitaron con su voto en contra que prosperase una propuesta necesaria para garantizar el único apoyo en el que se sustentan cada vez más familias.

 

UN GRUPO MAL AVENIDO DE ACREEDORES Y DEUDORES

Ya no cabe discusión intelectual sobre el rumbo de la política económica y bancaria en el área del euro. Lo que antes podía definirse, y todos defendimos, como una asociación entre iguales, los integrantes de la familia europea, una comunidad sellada por la coincidencia de intereses y principios, hoy es simplemente un grupo mal avenido de acreedores y deudores, en el que los primeros imponen las condiciones a los segundos en estricto sustento de sus prioridades a corto plazo.